lector enamorado | Bajifuyu

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Estaba en la sala de trabajadores en su hora se comida; después se unas cuantas horas de trabajo en la que tuvieron que atender unos cuantos perros, gatos, uno que otro animal exótico y el que más traen últimamente eran los reptiles que por lo que parecía se empezaron hacer populares pero no es fácil el encargarse de uno ya que necesitan cuidados especiales que algunas veces las personas no entienden o no se llegan a informar lo suficiente, un problema era que la información era bastante escasa o incompleta.

Chifuyu estaba comiendo su comida para llevar el cual ya estaba acostumbrado a comprar en un pequeño restaurante cercas de la tienda de mascotas. Esa vez le toco a Kazutora ir por la comida y a Baji cuidar la recepción por si alguien llevaba, pero ahora como Kazutora se enojó con Baji por llegar tarde lo castigo diciéndole que él se tenía que encargar de atender por mientras él comía.

Así ahora Chifuyu junto con Kazutora estaban comiendo, pero más que nada Chifuyu comía y leía en su celular que estaba a un lado de su comida. Estaba concentrado que no escuchó cuando Kazutora le hablaba.

— ¡Matsuno! — le aventó la servilleta con la que se limpiaba.

— ¡No me avientes tus cochinadas! — tomo el pedazo de servilleta echo bolita y se lo aventó de regreso a Kazutora que lo atrapó con una mano.

—Te estaba hablando para que me pasarás la salsa— apunto al bote de salsa cercas de Chifuyu. El rubio lo tomo y se lo paso— Últimamente andas muy distraído.

—Perdón. Pero es que hace unos cuantos minutos subieron un nuevo capítulo de...

Interrumpió—Sí, si ya se— Kazutora giro los ojos como en forma de molestia— Al principio estabas obsesionado con los mangas y ahora con Wattpad.

—No, aún sigo obsesionado con los mangas solo que ahora no me los traigo porque los niños me los andan agarrando y los colorean.

Aún recordaba como Chifuyu un día se trajo un manga que se empezó a leer el día anterior, y como se quedó dormido no pudo terminar de leerlo así que decidió llevárselo al trabajo, pero pronto un señor con sus hijos llegó diciendo que querían que le cortaran las uñas a su perrito. Así que dejó el manga en el mostrador y fue atender al perrito, al terminar con el pequeño paciente lo llevo con su dueño y lo que vio casi le da un paro cardiaco. Esos dos pequeños en el suelo y con crayones rayaban las páginas de su manga y lo peor es que ni siquiera coloreaban dentro de las líneas. Baji tuvo que consolar a Chifuyu por su desgracia y para volver alegrarlo lo invito a comer peyoung yakisoba y le compro los demás tomos del manga que estaba leyendo.

Kazutora se empezó a reír al recordar ese momento— Oh sí, aún me acuerdo de ese momento. Tu cara era bastante divertida ese día.

—Cállate no me recuerdes ese horrible día. 

Como no habían tenido bastantes clientes ese día y los animales estaban en las jaulas mientras se encontraban en recuperación ya no había mucho que hacer, Baji les dio la noticia a los dos omegas de que hoy iban a salir temprano, Chifuyu le envió un mensaje a Takemichi su buen amigo y compañero de travesuras que conocía desde hace años, lo había citado en una cafetería puesto que los dos amigos no se habían visto desde hace semanas y querían ponerse al corriente de lo que había pasado en sus vidas.

Takemichi le respondió al instante dándole entender a Chifuyu que no tiene nada que hacer y nomas estaba pegado al celular al igual que él.

Por fin llegó la hora de salir y el primero que se fue o mejor huyo fue Kazutora quien se reusaba a quedarse hasta tarde revisando por última vez los animalitos y cerrando el negocio.

—Oye Chifuyu— Baji lo llamo— ¿Quieres que te lleve a tu casa?

—Lo siento Baji-san, quede con Takemichi al salir del trabajo— en la mente de Baji ya había matado a ese omega de pelo negro por haber hecho planes con su interés romántico antes que él.

—Está bien. Que se diviertan— Baji sonrió para tratar de no demostrar su disgusto.

—Sí, adiós Baji-san— el omega de despidió y salió de la tienda para encaminarse a la cafetería donde se iba a reunir con su amigo.

Baji se despedía con la mano y cuando ya no vio a Chifuyu bajo su mano y quito su sonrisa— Maldito Takemichi, me las vas a pagar—se giró y su mirada se conectó con la de un gato que parecía que se estaba burlando de él— ¿Y tú qué? — mejor lo ignoro y fue a cerrar la tienda para ir a su casa y comer algo de peyoung yakisoba que tenía planeado compartir con Chifuyu pero ahora iba ser todo para él solo.

Capitulo corto, pero es trabajo honesto.