★彡[ʀᴀᴘᴜɴᴢᴇʟ/ ᴋʏᴏʏᴀ ᴏᴏᴛᴏʀɪ ᴏᴜʀᴀɴ ʜᴏꜱᴛ ᴄʟᴜʙ *ᴇꜱᴘᴀÑᴏʟ*]彡★

𝒞𝒽𝒶𝓅𝓉𝑒𝓇 𝟣𝟤: 𝒴𝑜𝓊𝓃𝑔𝑒𝓇 𝒮𝒾𝒷𝓁𝒾𝓃𝑔'𝓈 𝒲𝑜𝑒𝓈!

El segundo día en Karuizawa, Miki se aseguró de dormir temprano la noche anterior. Porque como era de esperar, Tamaki fue atrapado a través de las puertas blanquecinas con el rostro hundido, lleno de preocupación. Para cuando entró, había encontrado a su hermana ya trenzándose el cabello en el tocador, vestida con un vestido de gasa azul marino. Miró el reloj digital junto a la cama en su habitación de invitados.

6:52 am

Ella sudaba. Lo esperaba a las 6:55.

-¡Miki! ¡Tenemos que ir a la pensión! -Gritó, sosteniendo un libro enrollado en sus manos. -¡Los gemelos mantuvieron su teléfono apagado toda la noche! ¡Esos idiotas! -Dijo, con los ojos brillantes de ira.

-Está bien, ya casi termino. -Sacando un bálsamo labial transparente de su bolso, rápidamente se lo pasó. -¿Dónde están todos los demás? -Preguntó, parpadeando levemente.

-¡Cierto! -Arrastrando a Miki del brazo en el momento en que colocó el bálsamo labial en su bolsa, Tamaki la sacó y la llevó por el pasillo hacia la habitación de Kyoya. -¡Vamos a despertar a todos! -Gritó de forma extravagante. -¡Ya tengo planeado todo nuestro programa de verano!

Tarareando, Miki se volvió para mirar el hermoso sol de la mañana. A través de las ventanas, pudo ver a Mori acariciando a Antoinette afuera en los jardines. Por lo que parece, acaba de regresar de una carrera matutina. Resulta que, para calmar un poco a Tamaki del trauma de ayer, Kyoya hizo que Antoinette volara desde Tokio. Ella sonrió, saludando al gigante silencioso, obteniendo un asentimiento de reconocimiento de él mientras se secaba un poco de sudor en la frente.

Tamaki luego se estrelló contra la habitación de Kyoya, finalmente soltando la muñeca de Miki. Miki miró por encima del hombro de Tamaki mientras caminaba hacia la cama. Estaba acurrucado, de espaldas a Tamaki, todavía durmiendo. Recordando la conversación que tuvieron sobre el sueño hace mucho tiempo cuando ella le estaba maquillando, Miki siguió a Tamaki.

-Tamaki-kun, creo que es mejor si dejamos que Kyoya-kun... -Colocando una mano en su hombro para tirar de él hacia atrás, estaba a punto de decirle al hombre irritado que podría ser una mejor idea dejarlo descansar. Cuando Tamaki ignoró por completo sus razones y golpeó con las manos la cama de Kyoya.

-¡Levántate, Kyoya! -Gritó el rubio. -¡Vamos a la pensión de Misuzu-san! ¡Nuestra hija está en apuros! ¡No pierdas tu tiempo durmiendo! Debo liberar a Haruhi de esos dos demonios...

Tamaki de repente hizo una pausa a mitad de la frase y se tensó. Miki estaba a punto de preguntar por qué cuando vio la respuesta mirándola, ella, a su vez, también se congeló.

Con ojos diabólicos, Kyoya se asomó entre sus mantas, enviando un escalofrío por la espalda de Miki. Ella y Tamaki retrocedieron de un salto por temor por sus propias vidas, en segundo escondiéndose detrás de la primera.

-Si quieres ir y tan malo es, ve tu solo. -Le escupió al rubio en particular. Antes de hundirse lentamente bajo la manta de su manta, murmurando. -Idiota...

-E-Él da miedo... -Tamaki tembló, mirando por detrás de Miki.

-S-Sí... -gimió Miki, llevándose las manos al pecho.