★彡[ʀᴀᴘᴜɴᴢᴇʟ/ ᴋʏᴏʏᴀ ᴏᴏᴛᴏʀɪ ᴏᴜʀᴀɴ ʜᴏꜱᴛ ᴄʟᴜʙ *ᴇꜱᴘᴀÑᴏʟ*]彡★

𝒞𝒽𝒶𝓅𝓉𝑒𝓇 𝟥𝟫:𝒯𝒽𝑒 𝒮𝓃𝑜𝓌, 𝒯𝒽𝑒 𝑀𝑜𝓊𝓃𝓉𝒶𝒾𝓃𝓈 𝒶𝓃𝒹 𝓉𝒽𝑒 𝐻𝑜𝓈𝓉 𝒞𝓁𝓊𝒷!

-Mm... -Sintiendo una sensación de calidez rozando su mejilla, Miki sonó. Era el primer día de vacaciones de invierno y estaba un poco aturdida. Por lo general, esperaba un anuncio de la presencia de cierta persona acompañado por el sonido de las puertas de su dormitorio abriéndose de golpe, por lo que estaba un poco confundida por el método suave con el que la despertaba. Pero en lugar de abrir los ojos, optó por apartar perezosamente la perturbación antes de enterrar la cara más profundamente en las mantas.

Sin embargo, la fuerza que intentaba despertarla parecía no estar de acuerdo con su elección de regresar a la tierra de los sueños y, de repente, sintió que al menos veinte libras de peso caían sobre su cuerpo.

-¡Wahh! -Sorprendida por el rudo despertar, Miki se levantó de la cama presa del pánico, y vio al amado perro de la Segunda Mansión Suoh mirándola con ojos brillantes.

-¡Guau guau! -Antoinette ladró, moviendo la cola con entusiasmo.

-Oh... eres tú, Antoinette... -Exhaló un suspiro, Miki se rió entre dientes mientras reajustaba la correa de su camisón que se deslizaba por su hombro. -Buenos días. -Saludó al perro, completamente imperturbable por cómo estaba prácticamente acostado en su cama.

-¡Guau!

Mientras se despertaba unos momentos, pasó los dedos por el suave pelaje del golden retriever.

-Veamos, ¿qué hora es? -No le preguntó a nadie en particular, mirando el reloj sobre su escritorio al otro lado de la habitación antes de jadear ruidosamente. -¡Disparo! -Ella gritó. -¡Necesito prepararme! -Balanceando rápidamente sus piernas sobre el borde de su cama, se deslizó en sus pantuflas de una manera convencional. -Antoinette, ¿podrías ir a despertar Tamaki-kun? -Instruyó al perro que la seguía hasta la entrada del armario. -Se suponía que debía despertarme, pero supongo que se quedó dormido.

-¡Guau!- Y con un ladrido de deleite como diciendo "seguro", el golden retriever salió corriendo por la puerta hacia la habitación al otro lado del pasillo.

Como había mencionado Tamaki, los de segundo y tercer año del host club habían decidido aprovechar el plan de la Clase 1-A y pasar de un viaje de esquí a la estación de esquí privada de Momoka. Sin embargo, en lugar de alojarse en un albergue familiar, se alojaban en un hotel de lujo adecuado no muy lejos del sitio.

Una vez que Miki terminó de cambiarse y lavarse, rápidamente se sentó en su tocador y comenzó a cepillarse su largo cabello rubio rojizo.

La chica que me interesa, ahora estoy seguro de mis sentimientos hacia ella. Estoy enamorado de ella.

Odiaba admitirlo, pero las palabras de Kyoya todavía la molestaban. A pesar de sus mejores esfuerzos por comprender el sentimiento del amor, el tema resultó ser más complicado de lo que pensó inicialmente. No solo eso, sino que la reciente revelación de sus innombrables sentimientos hacia él también se convirtió en una espina a su lado. Ella nunca sintió un galimatías a su alrededor como lo describió Sora, ni experimentó un nerviosismo palpitante como Reiko. Habría descartado por completo la posibilidad de estar enamorada de Kyoya si no fuera por el recordatorio de Sora.

-El amor es uno de los temas más complicados e incomprendidos de todos los tiempos, y los síntomas a menudo son diferentes para todos... -Recitó Miki mientras fruncía ligeramente el ceño. Por lo general, este sería el momento en que comenzaría a trenzar su flequillo en una corona alrededor de su cabeza. -Kyoya-kun es especial para mí, pero... ¿Cómo sabría si estoy enamorada de él? -Murmuró, mirando su reflejo en el espejo.

-Señorita Miki. -Hubo un pequeño golpe, sorprendiendo a Miki mientras giraba su cabeza. Suzuno se paró en la puerta con una pequeña sonrisa. -Señorita Miki, ¿está lista para irse? Sus amigos deberían estar aquí pronto. -Informó con una inclinación de cabeza.