25.

8.7K 1K 522
                                    

┌───────── °° ─────────┐
LA ÚLTIMA PIEZA
└───────── °∘❁∘° ─────────┘
.
.
.

Mi corazón latía desenfrenadamente, el ruido retumbando en mis oídos, aislándome de todo a mi alrededor, excepto por el individuo a unos metros de mí.

Al oír mi grito su cabeza se volteó con tal rapidez que estaba segura que el movimiento le había provocado un latigazo, aunque nada en su rostro denotara otra cosa que escepticismo y sorpresa.

—¿Lyds?—su voz era apenas audible, ahogada por las gotas de agua chocando contra el pavimento, y los truenos que hacían el suelo vibrar.

De niña me encantaban los imanes, encontrando la magia como la única explicación posible de tal fenómeno. Los años pasaron y mi familia creyó que al comprender la verdadera razón física detrás de eso, mi interés se esfumaría; más ocurrió todo lo contrario.

Los imanes generaban campos magnéticos a su alrededor generando una fuerza de atracción hacia los polos opuestos, y en mi mente no podía dejar de fascinarme la idea de que las personas funcionábamos de una manera similar.

Tal vez ese era el porqué de que mi cuerpo me traicionara y comenzara a acercarse hacia él, como si sin importar cuánto intentará convencerme de que esto ya estaba terminado, había un lazo de atracción que nos unía, como un par imanes.

—¿Por qué?—inquirí una vez que estábamos a un suspiro de distancia, su respiración mezclándose con la mía.

No hacía falta aclararlo, ambos sabíamos a qué me refería.

—Yo...—su vista cayó a nuestros pies.

—Mírame a los ojos, Laurence. Mírame y dime cómo caíste en los engaños de la tía March, sacrificando lo que sea que teníamos en ese momento.

Sus ojos se abrieron a más no poder, su expresión demostrando la confusión que lo inundaba.

—¿Qu-

—Lo sé todo.

—Lyds...

—¡Demonios Laurie! Tienes más dinero que todos los integrantes de mi familia. Incluida mi tía. ¡Podríamos haber ido a Europa juntos! ¡O podríamos haber permanecido aquí!—mis manos golpearon su pecho una y otra vez haciendo que retrocediera paso por paso. De repente, sutilmente, su agarre se cerró sobre mis muñecas aprisionándolas sobre él.

—Mi vida no tenía sentido Lyds, cuando llegue a Concord era apenas un cuerpo moviéndose por memoria muscular y por caprichos de la sociedad. Hasta que te conocí a ti y te reíste de mi nombre, despertando algo en mi que creí haber perdido hace largo rato.—su voz era firme, más denotaba un deje de tristeza—. Jamás comprendí porque la gente se volvía tan cegada por el amor, como eran capaces de darlo todo por alguien más. Solía reírme de ellos pensando en lo estupidos que eran al creer que el amor sería para siempre, después de todo mis padres se fueron demasiado temprano como para comprobarlo.
"Bastó con una sola de tus risas y tus miradas para saber que estaba realmente jodido, porque en ese momento me di cuenta que daría todo en mi poder y más por compartir un segundo contigo, por verte sonreír, u oírte hablar, o lo que sea que tú estuvieses dispuesta a regalarme. Me hiciste ser un mejor hombre Lydia March, y por más egoísta que fuera, no podía mantenerte atada a mí cuando tú solo anhelabas volar".

Sus manos envolvieron las mías que habían quedado inmóviles sobre su pecho.

—Si bien me arrepiento y me arrepentiré cada segundo de mi vida por haber sido el responsable de herirte de forma tan cruel, la verdad es que lo volvería hacer una y mil veces más con tal de saber que haz alcanzado tus sueños. Porque quizás tú aún no lo sepas Lyds, pero te mereces una ovación de pie del mundo entero, mereces que alguien baje las estrellas para que sirvan como tus reflectores. Incluso si ese alguien no soy yo.

LITTLE WOMEN|| 𝑚𝑎 𝑏𝑎𝑙𝑙𝑒𝑟𝑖𝑛𝑒Donde viven las historias. Descúbrelo ahora