26.

8.9K 881 390
                                    

┌───────── ∘°❁°∘ ─────────┐
ÁNGELES Y CLAVELES
└───────── °∘❁∘° ─────────┘
.
.
.

Tengo la teoría de qué algunos destinos son inevitables, que por más que la humanidad intente cambiar el rumbo, la estrellas ya ha forjado su propio futuro

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Tengo la teoría de qué algunos destinos son inevitables, que por más que la humanidad intente cambiar el rumbo, la estrellas ya ha forjado su propio futuro. Y ocurrirá. Tarde o temprano, sea o no de nuestro agrado, cada luz encontrará su camino.

—¡Bigotes no! ¡Baja de ahí ahora mismo!—el estruendo de metal estrellándose contra el suelo rebotó hasta la habitación—. ¡Maldito gato cascarrabias!

Los insultos de Laurie llenaron el ambiente, provocando que me despertara. A juzgar por la luz que se filtraba a través de la ventana, y la ligera sensación de frío, estaba segura de que era más temprano de lo habitual. Si bien podría haber continuado con el mejor sueño que he tenido en meses, la curiosidad tomó control de mis piernas, incitándome a levantarme de la cama. El reflejo apenas visible en el espejo destrozado ocasionó que soltara una risa. La ropa que me había prestado Laurie era al menos tres tallas más grandes que la mía.

Si Amy solo me viera, luciendo una camisa y pantalones, le provocaría un infarto irrevocable.

Procurando no hacer ningún ruido, me encamine hacia la cocina en puntas de pie.

—Sín mí tú no serías más que un gato vagabundo de las calles. Dime, ¿te agradaría eso?

Un maullido se oyó fuerte y claro.

—Por supuesto que no, así que muéstrame tu agradecimiento, y deja de tirar utensilios—Laurie apuntó su dedo acusatoriamente en la dirección del felino, el cual estaba jugueteando con una cuchara en el borde de la mesada. Los segundos pasaron, hasta que finalmente, desafiante, Capitán Bigotes movió su pequeña pata peluda empujando el cubierto. Este cayó al suelo, reuniéndose con otros tres utensilios más, que habían sufrido el mismo destino.

—Con que así lo quieres, muy bien, de acuerdo. Te aseguro que las próximas cajas de donación tendrán escritas tu nombre. 

No pudiendo resistirlo más, una carcajada escapó de mi boca, llamando la atención de ambos.

—Creo que has perdido la cordura, Laurence. Más descuida, he oído hablar de un buen centro psiquiátrico no muy lejos de aquí.

—¡Lyds! ¿Qu- No no se supone que tú deberías seguir durmiendo—. Desesperación comenzó a inundar su sistema, preocupándome.

—¿Te encuentras bien?—me acerque hacia él tomando una de sus manos entre las mías.

—Se suponía que cuando tú te despertaras, ya tendría el desayuno listo—suspiró derrotado.

—¿En serio? ¿Estás cocinando para mí?—las comisuras de mis labios se alzaron y mis ojos brillaron con adoración y una pizca de culpa.

Asintió, y dejó caer su cabeza. Reposando su frente contra la mía.

LITTLE WOMEN|| 𝑚𝑎 𝑏𝑎𝑙𝑙𝑒𝑟𝑖𝑛𝑒Where stories live. Discover now