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EL RESFRIADO
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Estornude por quinta vez en los únicos diez minutos que llevaba despierta.

Maldita ópera...

Apenas si quiera tuve fuerza de levantarme de la cama. Podría haber seguido durmiendo todo el día si no fuera porque me estaba muriendo de hambre.

Pase por al lado de mi espejo y no pude evitar poner una mueca de desagrado al ver mi aspecto.
Nariz roja, ojeras, lagañas en los ojos, mi cabello todo alborotado por la humedad, en conclusión me veía fatal.

Baje con cuidado de no tropezar y al llegar al comedor se podía sentir la tensión en el ambiente.
Todo estaba en silencio, cada una comiendo su plato. Todas menos Amy.

Me senté como siempre en frente de Beth, quedando junto a Meg en unos de los laterales de la mesa y Marmee a mi izquierda sentada en el cabezal de esta.

Jo seguía decaída pero sinceramente nadie podía obligarla a sonreír or a cambiar su humor, después de todo, estaba en su derecho de seguir enojada con Amy. Había invertido mucho tiempo en esa novela, y se la veía muy entusiasmada cuando hablaba sobre ella.

Aunque nadie lo admitiera en voz alta, todas escondíamos algo de enojo contra la menor. No enojo en su forma más bruta pero si un atisbo de él.

Amy bajo las escaleras con una actitud tranquila, como si nada pasara.
Al notar el silencio hizo una mueca y se sentó en el otro cabezal de la mesa, que justo quedaba al lado de Jo. Esta, apenas la rubia se apoyó en la silla, se levantó de golpe y vino hacia mi lugar.

Yo por mi parte entendiendo la indirecta, le cedí mi silla e intercambiamos lugares.

—Lydia querida te ves fatal— dijo Marmee intentando poner un fin a este horrible silencio.—¿Te encuentras bien?

—Si madre, es solo un resfriado ya se me pasará.

—¿Sabes? Mejor me quedo a cuidarte, mi jefe lo entenderá yo...

—No hace falta en serio, puedo quedarme aquí sola, ya les avise a los Davenport que no podría ir hoy a cuidar a los pequeños y ellos me dijeron que ahora mi salud era lo más importante y que descansara.

—No puedo dejarte sola Lyds— dijo nuestra madre mientras intentaba pensar en una solución.

Meg hoy tenía el ensayo para el baile de debutantes, o como a mi me gusta llamarlo la cacería. Las mujeres se lucen en sus mejores vestidos y atuendos mientras que los hombres las eligen cual subasta para cortejarlas y desposarlas.

LITTLE WOMEN|| 𝑚𝑎 𝑏𝑎𝑙𝑙𝑒𝑟𝑖𝑛𝑒Where stories live. Discover now