Día 71

583 79 37
                                    

— voy a salir tía

— no vas a ningún lado hasta que hablemos —dijo Paola, asustandome por sus palabras

— ¿pasa algo? —pregunte con preocupación

Paola simplemente me hizo una seña con su mano, indicándome me acercara a ella.

Por mi mente pasaron muchos escenarios; quizás había hecho algo mal, o es que estaba enojada porque había estado saliendo demasiado y ayudado poco con los deberes del hogar.

Probablemente sería la segunda opción, pues no había hecho un gran trabajo aligerando su carga, comprendía su molestia, pues, si nos encontrábamos en Japón ahí era por una razón, ayudarle con su bebé y no estaba ayudando mucho.

Me miraba con seriedad, analizando me con la mirada. Mis nervios comenzaron a hacerse notar.

— dime algo —hablo

— ¿qué cosa? —pregunte entre tartamudeos

— ¿es cierto que tú y Popee están saliendo?

De pronto, mis miedos se esfumaron tan solo escuchar su pregunta.

— si —solté una sonrisa de alivio

Me escaneo con la mirada unos instantes, para luego, sonrío en grande.

— vaya, hasta que al fin se decidieron

No pude evitar expresar una ligera carcajada por su comentario.

— por fin han domado a esa bestia —dijo burlesca

— ¿no crees que exageras un poco? —le cuestione

— es que aún no lo conoces cuando se enoja

Simplemente gire los ojos.

— no te ah hecho nada, ¿verdad?, ¿ ah tratado mal?

— claro que no, el siempre me ah tratado bien, no seas paranoica

— vale lo siento —se disculpo

No obstante, había algo que no me terminaba de cuadrar, ¿cómo fue que mi tía se enteró?, no recuerdo haberlo comento a nadie aún.

— ¿y tú cómo te enteraste? —le cuestioné

— bueno, Popee se lo dijo a Marifa y ella me lo contó a mi

— ya veo..

Su explicación tenía lógica, aunque, a decir verdad, no creí que fuera de los que lo comentan en seguida con sus seres cercanos, pero con la buena relación que tienen ambos hermanos, era bastante creíble.

Después de aquella conversación, me retire encaminandome hacía el circo.

Ya tenía una idea de lo que me esperaría al llegar, pues habían algunas personas que esperaban con anhelo hiciéramos oficial nuestro noviazgo.

Respire profundo y me prepare para lo que sea que se avecinara.

Me arme de valor y llame a la puerta que ni tardó en ser abierta. Aquel señor dueño del circo me recibió con gran dicha, me tomo de la mano y dijo:

cuida bien de el —hablo entré llantos

Simplemente asentí avergonzada.

Sin previo aviso, recibí una tacleada tan fuerte que me tiró al piso. No iba a mentir, había dolido.

— lo siento, fue por la emoción

Se trataba de aquella chica albina que me abrazaba con entusiasmo.

LoveCircus | [PopeexReader]Where stories live. Discover now