PREÁMBULO

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20 de Febrero de 1841

Europa

Una joven pudiente de 22 años de edad, de nombre Ada Aurore Mongómerith Brown, estaba a punto de vivir el día más feliz de su historia. Contraería matrimonio con el amor de su vida: Dorian Esteban Franco. Se encontraba en el área principal de su mansión, ubicada a las afueras de un pueblo fundado con el nombre de Conneri. Bailaba sola en su jardín, portando un vestido hermoso de color azul con detalles en negro. Ondeaba en el aire su majestuoso cabello oscuro, mientras sus mayordomos y cocineros, se encargaban de organizar el festín que ofrecería a los invitados.

La familia Mongómerith era de alta clase social y muy respetada, por esto, nadie en el pueblo estaba de acuerdo con su boda, debido a que Dorian era un joven humilde, y el menos indicado para desposar a Ada. Pero nadie podía entrometerse en el verdadero amor. Ella lo había elegido, y eso era lo que realmente importaba.

Ada envió su carruaje de lujo tirado por dos caballos de color negro, y conducido por el cochero de confianza de la familia, en búsqueda de Dorian; quien estaba en su humilde casa, esperando con un elegante traje que Ada había pedido hacer justo a su medida. Dorian se casaba realmente por amor. Entre ellos no existía ningún interés. Su historia inició a primera vista y, desde ese día, la vida de ambos se entrelazó de una manera formidable.

Para la época, no era correcto que una mujer de alta clase se casara con alguien de menor estatus social. Generalmente, los padres efectuaban la unión en matrimonio por interés entre conyugues y feudos, como una especie de contrato para otorgar como herencia, tierras u otros bienes de gran valor. Sin embargo, Ada ya no tenía padres; ambos habían muerto de manera inexplicable. Pero había alguien que si estaba dispuesta a hacer todo para darle lo mejor a la joven, sin importar las consecuencias. Su nombre era Esther Wembley; quien portaba el cargo de ama de llaves de la familia Mongómerith, y por años fue su nana. Esther la cuidó en ausencia de sus padres, y trató de inculcar valores y principios en ella, para que no tomara decisiones erróneas, pero sentía que había fracasado. Su "hija", como la denominaba, sería desposada por un joven pobre y sin nada que ofrecer. Jamás tendría el derecho de casarse con alguien como Ada, o por lo menos, eso era lo políticamente correcto.

Esther era una mujer de carácter fuerte. Sin embargo, nunca pudo controlar a Ada. Se caracterizaba por ser una chica rebelde, y pese a que la consideraba una madre, siempre le recordaba que no tenía potestades sobre ella. Así que en teoría, Ada hacía lo que se le venía en gana.

Un día antes de la boda, Esther fue a Conneri en horas de la madrugada, caminando en la penumbra de una vía que dirigía al pueblo. Cubierta con una manta negra para no ser detectada, y observando en repetidas ocasiones hacia atrás. Había logrado evadir a los guardias de la mansión, con la excusa de que buscaría un obsequio que había pedido hacer a un orfebre, con el propósito de entregárselo a Ada el día de su boda.

Los planes de Esther eran macabros. Necesitaba deshacerse de Dorian. No podía permitir que Ada se casara con ese chico y, para esto, ya tenía un plan.

Esther llegó al pueblo a las 4:00am, buscando a un hombre de nombre Harvey Shepard, quien era conocido en Conneri por sus malas andanzas. Esther se encontró con este sujeto en un callejón cercano al bar del pueblo. Para ella era importante proteger su identidad. Así que él, sabía que se encontraría con una mujer que tenía por nombre: "Marie". Esther trataba de no dar indicios de su reunión, por esto, también se aseguró de que nadie en el pueblo notara su presencia. En los alrededores solo se podían apreciar algunas personas ebrias que transitaban por el lugar, y que por su estado no eran capaz de reconocer a nadie.

—¿Usted es Marie? preguntó Harvey.

—¡Sí!, soy yo —respondió Esther, quitándose sus elegantes guantes negros.

Ada, La Pintura del Mal y El Dije del InframundoWhere stories live. Discover now