LA PUNTURA SE MUEVE

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Melanie y Boris, se preparaban para dirigirse al piso superior. Ambos se llenaron de valor, tratando de dejar a un lado el miedo que los agobiaba, y decidieron dar el paso hacia lo desconocido. Con un universo de dudas en sus mentes, comenzaron a subir la gran escalera principal. Melanie entrelazó su mano en el brazo de Boris, como señal de que juntos podrían sobrellevar cualquier situación agobiante dentro de esa casa. Mientras ascendían, conversaban en voz muy baja.

—Melanie...

—¿Si...?

—¿Tú te acercaste a la pintura? Tengo la noción de que antes de desmayarme traté de detenerte, o tal vez lo soñé.

—No Boris, no lo soñaste. Es de alguien llamada Ada Mongómerith. Lo dice una placa debajo de su marco.

—¿Estás loca?

Melanie soltó el brazo de Boris, y se detuvo a mitad de la escalera. Presentía que él le estaba ocultando algo.

—Boris; no pienso dar otro paso, hasta que me digas lo que sabes sobre esa pintura —dijo Melanie con disgusto, mientras señalaba hacia el lienzo.

—Melanie; solo estoy asustado, ¡es todo! Es muy raro ver en una casa tan antigua, una pintura tan bien conservada.

—¿Sí? ¿Crees que soy tonta? ¡Habla ya! ¿Qué sabes? Eso tal vez sea importante antes de subir.

—Ok, ¡tú ganas! Cuando llegué a la casa estaba muy asustado, y comencé a caminar iluminando todo. Luego, ese espectro que intentó atacarnos apareció ante mí.

—Sí, eso ya lo sé.

—¿Puedo continuar?

—...Sí, continúa; pero que sea rápido. No estamos seguros aquí.

—Después de ese encuentro, sentí que la respiración se me detuvo por un momento, así que corrí directo a esta escalera, y subí rápidamente sin importarme a donde iba, solo quería huir de esa cosa.

Boris agachó la cabeza levemente, y comenzó a temblar.

—¿Qué te sucede, Boris? Necesito que te calmes. Es importante para mí saber a qué me estoy enfrentando.

—Subí hasta ese sitio —dijo el joven, señalando el lugar donde se encontraba la pintura—. Cuando vi esa pintura ahí, quedé sorprendido. Sentí la misma curiosidad de acercarme a verla. Comencé a detallarla, y luego... ella me sonrió. Entonces retrocedí asustado, y caí por la escalera. Por suerte no me pasó nada. Corrí hacia uno de los pasillos; pero todas las puertas se encontraban cerradas. Así que fui rápidamente al otro, y esa puerta donde nos escondimos era la única que se hallaba abierta.

—Así que por eso no querías que me acercara a la pintura.

—¡Exacto!, y pensándolo bien, recuerdo que cuando intenté detenerte la segunda vez, algo me detuvo. Me tomó de los pies, y me haló muy fuerte hacia abajo.

—¡Escúchame! Tenemos que encontrar otra salida —dijo Melanie, tomando a Boris de su rostro con ambas manos.

—¡Bien! Es hora de continuar.

Se unieron nuevamente entre brazos, y aceleraron el paso. Llegando al descanso, Melanie notó algo extraño.

—Un momento... La pintura no estaba así. Se movió.

—Te lo dije.

—Observa su marco. Está cubierto con algo extraño, y el lienzo está diferente. Su forma cambió.

—Melanie; necesito que dejes de detenerte en cada sitio como si estuvieras en un tour. Te recuerdo que ya hemos visto un par de cosas extrañas. Aparte de eso, hay un ente que puede estar vigilándonos; tu misma lo dijiste. Puede encontrarse detrás de nosotros en este momento, o esperándonos arriba, quién sabe. Deja la pintura en paz, no la mires, y sigamos.

Boris impulsó a Melanie para subir, girando después del descanso. Ahí se encontraron con dos gradas que abarcaban sus extremos. En el techo se hallaba una lámpara mediana que mantenía sus velas encendidas en los costados. Se podía apreciar el hermoso material de estas gradas. Estaban fabricadas en mármol. Sus escalones cubiertos parcialmente con una tela de color rojo. Tenía pasamanos dorados, con centro de madera agrietada. Ambas conducían a una puerta grande de madera pintada de color azul, con pomos dorados, y con una decoración arcaica. Sobre esta puerta, se podía apreciar una inscripción en una placa que decía lo siguiente: «Corredor Principal».

Melanie se mostraba inquieta. No dejaba de voltear hacia la pintura. Ahora mostraba a una dama espectral, con una mirada fría y mortuoria.

Ada, La Pintura del Mal y El Dije del Inframundoحيث تعيش القصص. اكتشف الآن