EL ESCAPE

15 5 0
                                    

Hora: 5:10:12 p.m.

En la Clínica Centenaria de Forinang, se encontraba Madeleine Bourne, parada frente a una de las ventanas de la habitación G/02-05, sosteniendo el porta suero en su mano izquierda. Podía observar el tumulto de personas con pancartas, y que a grandes voces clamaban justicia. Para muchos en La Gran Ciudad, ella era una asesina. No tenía manera de demostrar lo que había pasado en aquel bosque cerca de Conneri. Pero si no podía limpiar su nombre, era su deber regresar a ese lugar, y tratar de detener a ese demonio que por décadas había azotado al pueblo, y ahora, era el causante de la muerte de su equipo policial. Solo necesitaba un plan para salir de la clínica sin ser detectada.

Charlie se encontraba dormido en el sillón, con una envoltura de hamburguesa reposando sobre su pecho, y algunas bolsas de frituras que decoraban su alrededor.

—¡Charlie! Despierta, Charlie.

—¿Qué? ¿Qué pasa? Madeleine... ¿te sientes mal?

—Eres un asqueroso, Charlie. Tienes este lugar como tu habitación.

—Madeleine; no empieces con el tema. Solo son... unas botanas. Estoy cuidando de ti y necesito alimentarme.

—¿Y es necesario ingerir tanta basura? Te recuerdo que esto es una Clínica.

—Ya, ya, lo siento. Voy a limpiar esto.

Madeleine tomó a su hermano de los hombros antes de que comenzara a levantar el desastre.

—Charlie; necesito que me ayudes a salir de aquí.

—¿Qué? Madeleine, eso es imposible. Hay dos policías en la puerta de la habitación, y todo el edificio está rodeado.

—Te van a escuchar. ¿Puedes hablar cómo lo estoy haciendo yo?

—Lo siento. ¿Cómo piensas escapar de aquí? ¿Y para qué?

—Necesito ir a ese sitio de nuevo.

—¿Estás loca, Madeleine? Tú me contaste que fuiste perseguida por un demonio. Que toda tu cuadrilla y la de ese pueblo se volvieron locos matándose entre sí. No permitiré que vayas a ningún lado.

—Charlie; esto es muy serio. No me puedo quedar en este lugar. En cuanto me den de alta, me llevarán a una celda, y luego seré enjuiciada.

—Prefiero verte presa antes que muerta.

Ambos se miraron fijamente. De pronto, alguien llamó a la puerta.

—Levanta todo eso Charlie, alguien viene —dijo Madeleine, observando a su hermano de manera desafiante.

—¿Se puede...? —preguntaron desde afuera.

Madeleine se acostó lo más rápido que pudo, colocando el porta suero en su sitio.

—¡Adelante!

—Hola chicos, buenas tardes —dijo el Doctor Walter Andersen, entrando con una gran sonrisa.

—Muchas gracias por lo de chicos, Doctor —expresó Charlie.

—Todos somos jóvenes mientras nos sintamos de esa manera. Hablando de eso, ¿cómo te sientes Madeleine?

—¡Con mucho dolor en la cabeza!

—¿Hace cuánto comenzó el dolor? —preguntó el Doctor, mientras observaba los ojos de Madeleine con su linterna de diagnóstico.

—Desde que desperté. Hace una hora aproximadamente.

—Voy a pedir que te lleven a Rayos X. La contusión fue muy fuerte por el choque.

Ada, La Pintura del Mal y El Dije del Inframundoजहाँ कहानियाँ रहती हैं। अभी खोजें