Capítulo 9

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Al llegar a casa no me encontré con nadie, por lo que supuse que cada uno debía estar haciendo sus cosas

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Al llegar a casa no me encontré con nadie, por lo que supuse que cada uno debía estar haciendo sus cosas.

Así que pasé por la cocina para llevarme un par de cosas y no tener que bajar durante el día, luego simplemente subí los escalones y me escondí en mi habitación.

Durante la tarde me preocupé por practicar mis pasos de ballet y mis posturas, luego repasé el guion y por último hice mis tareas para el día siguiente antes de empezar a alistarme para la cita a la que locamente pensaba ir.

Después de todo ¿Qué podría salir mal?

Muchas cosas, pero ninguna de ellas me preocupaba.

Sintiéndome levemente emocionada por la situación rebusqué en mi closet algo que dejara bien clara mi forma de vestir y al encontrarlo sonreí abiertamente.

Era una falda de cuero sintética ajustada algo corta, bueno, muy corta, con un top del mismo color a juego de tirantes y entre mis zapatos busqué unas botas de tacón ancho hasta los tobillos para combinar.

Al tener toda la ropa lista me di una larga ducha y depilé mi cuerpo para luego acomodar mi rizado cabello.

Una vez con mis cremas y accesorios me coloqué toda la ropa y zapatos junto con una chaqueta de cuero por el frío y apenas eran las ocho de la noche.

Recordando que debía avisar hacia donde iba y que necesitaría un taxi, tomé mi móvil y metí dinero en el protector antes de dejarlo dentro de mi escote para evitar tener que cargar con algún bolso.

No portaba mucho maquillaje, pues no era muy dada a usarlo, por lo que solo llevaba un labial rosa palo y un delineado suave en mis ojos.

Al salir de mi habitación cerré la puerta despacio, pues June tenía tendencia a escuchar cualquier simple sonido y salir a investigar de qué se trataba.

Una vez atravesé el pasillo descendí las escaleras hacia la sala en donde probablemente estaban mis padres.

La mayoría de las veces se reunían ahí para hablar, decir como les fue en el día y escuchar si alguno de nosotros los necesitábamos arriba, pues una vez se encerraban en su habitación no salían hasta el día siguiente.

Y aunque cada uno tenía una habitación casi siempre estaban juntos.

Al ingresar en el lugar sus miradas se posaron en mi y yo miré mis manos para estrujarlas unas con las otras notando como el esmalte negro brillaba.

—Saldré hoy —avisé en un susurro antes de levantar la mirada.

—¿Con quién? —cuestionó Aidan con el ceño fruncido y yo aspiré aire lentamente.

Mentir no era una opción y la verdad era muy problemática.

—Con alguien que conocí —Aiden junto a él enarcó una ceja y yo cerré los ojos esperando sus ataques.

JessyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora