Capítulo 15

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La falda roja se ajustaba a toda mi figura y una abertura en el muslo la hacía ver un poco más sexy de lo que ya era

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La falda roja se ajustaba a toda mi figura y una abertura en el muslo la hacía ver un poco más sexy de lo que ya era. A penas llegaba hasta medio muslo y la llevaba en conjunto con un top rojo de mangas largas y botas sin tacón de color negro hasta los tobillos.

Mi mochila colgaba de mi hombro y mis auriculares inalámbricos me desconectaron del resto de la sociedad estudiantil mientras ingresaba en la universidad para ir directo hacia mi casillero.

Al estar ahí lo abrí y un montón de cartas cayeron al suelo.

Con el ceño fruncido me agaché para tomar una de ellas y al ver lo que recitaba el sobre sonreí.

Un caramelo siempre ayuda a sobrellevar la pena, no te conozco, pero sé que perder a alguien es difícil.

Eran muchas cartas, aparentemente de los estudiantes de la universidad que conocían la relación que llevaba con Alaia y quisieron aportar algo con mi duelo.

Con una sonrisa suave las recogí todas y las coloqué dentro de mi mochila para no olvidarlas luego y poder llevarlas a casa y leerlas.

Una vez con todo listo cerré el casillero y me di la vuelta para ir en dirección al salón de clases de Tris.

No estaba muy lejos del mío, por lo que pasar por el de ella no sería extraño. Aunque no quería saludarla realmente, solo quería comenzar a fomentar la paranoia en ella.

Lo más horrible era saber que a quien le intentaste hacer daño lo sabía.

Al llegar al salón la vi sentada en su lugar con sus manos cruzadas sobre la mesa y la mirada en la pared de en frente. Lucía su cabello suelto y su ropa era oscura, como si realmente estuviese llevando el luto por Alaia.

Al entrar su mirada se dirigió hacia mi y repasó la vestimenta que resaltaba entre tanto negro, tal vez en honor a la maestra muerta.

Lamiendo mis labios con lentitud me detuve frente a su mesa, apoyé mis manos sobre esta y me incliné para dejar un beso sobre su mejilla.

—Hola, Tris —saludé y su rostro palideció casi por completo.

—Jessy ¿cómo estás? ¿cómo ha sucedido? —cuestionó pareciendo realmente preocupada.

Yo solté una ricita sin cuidado.

—Vas a desear no haberme conocido, Tris —dije claramente antes de dirigirme hacia su oído —con tu ayuda haré real cada puta historia contada a cerca de mi familia y cuando acabe contigo lanzaré tu cuerpo a esa grieta de la que todos hablan.

—¿D-de qué hablas? —tartamudeó levemente haciéndome reír.

—La asesinaste, Tris y eso lo pagaras con sangre y sufrimiento, vas a conocer a la verdadera Jessy Dahal y repito, desearás no haberlo hecho —y soltadas aquellas palabras me incorporé sonriéndole abiertamente —cuídate, pequeña, porque estaré en todos lados.

JessyМесто, где живут истории. Откройте их для себя