Las traiciones siempre vienen de quien menos lo esperas y eso era totalmente cierto.
Cuando alguien te traiciona y destruye todo tu mundo, te das cuenta de que las peores traiciones vienen de las personas que más amas.
La venganza es placentera, ta...
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La brisa chocaba con mi rostro mientras aceleraba cada paso que daba.
No los sentía por ningún lado ni lograba verlos alrededor, por lo que reduje un poco mi carrera para ver si podía saber en qué lugar del bosque estaba, pues su inmensidad aun no la recorría por completo y cuando corría sin dirección o ver cuales árboles cruzaba, terminaba en una nueva zona del bosque que desconocía.
Aunque mi sentido de la orientación siempre ayudaba a llegar a la carretera.
La visibilidad en el bosque comenzaba a ser escasa, ya que con cada minuto que pasaba el sol descendía, privándonos de su luz y haciendo que el bosque se viera un poco más terrorífico de lo que comúnmente era.
Me detuve por completo para recuperar el aliento ya que tenía demasiado tiempo corriendo sin dirección alguna, solo con la intención de alejar y eso hizo meya en mis pulmones que ardían rogándome un poco de aire para permitir que subsistieran de la mejor forma.
De un segundo a otro mi cuerpo tembló y la piel de mi nuca se erizó por completo. Mi corazón se saltó un latido antes de comenzar a latir a una velocidad más intensa y mis ojos se llenaron de lágrimas, como si el peligro fuera real, como si realmente fuera la presa que perseguían.
Y lo era, era el acuerdo, pero el sentimiento era tan real que vibraba en sintonía con el miedo y el terror que me invadió cuando lo escuché silbar a escasos metros de mí.
Miré a todos lados dando una vuelta de trecientos sesenta grados, pero no lo vi en ningún lugar, solo podía escuchar su silbido que dejaba en claro que me tenía en la mira y que, si escapaba, probablemente correría hacia su ubicación sin siquiera percatarme de ello.
Me detuve por un momento y respiré profundamente para poder dejar de escuchar los latidos acelerados de mi corazón en vez de lo que me rodeaba.
Y cuando me calmé agudicé mi oído para saber si había algo fuera de lo normal dentro del ambiente que me rodeaba.
Por supuesto que había algo, pero lo que yo quería saber era donde estaba aquello que desencajaba en medio de los silencios ruidosos del bosque.
Y lo escuché, escuché lo cerca que estaba de mi y como sus pies presionando la tierra mojada creaban un sonido inigualable.
Se estaba acercando y yo sabía en que dirección lo hacía, por lo que me di la vuelta y corrí en dirección contraria con todo lo que tenía.
Mis pies se enterraban en la tierra húmeda dejando huellas que obviamente él podría seguir, pero esta vez no importaba, pues ya sabía perfectamente donde estaba.
Al mirar hacia a tras no lo vi persiguiéndome, por lo que una sonrisa apareció en mi rostro, sonrisa que no duró mucho, pues unos brazos me sostuvieron y me levantaron del suelo ante la fuerza con las que corría.
Mis pies siguieron moviéndose por unos segundos como si aun estuviera corriendo.
Mi respiración se volvió más irregular y me agité desesperada en sus brazos al saber que me habían atrapado.
