Las traiciones siempre vienen de quien menos lo esperas y eso era totalmente cierto.
Cuando alguien te traiciona y destruye todo tu mundo, te das cuenta de que las peores traiciones vienen de las personas que más amas.
La venganza es placentera, ta...
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Era muy tarde cuando regresé a casa, pero por las luces encendidas supe que estaban esperando por mí, al menos uno de ellos.
No di ningún tipo de explicación cuando salí de casa, pero por la mirada en mi rostro y la locura de mis ojos creo que habían entendido a que iba.
Al entrar empujé la puerta y la cerré detrás de mi tarareando Broken Bones de Kaleo.
El eco hacía vibrar la casa empujando el silencio que predominaba.
Guardé silencio al notar que no solo mi madre estaba ahí, sino también todos mis padres. Estaban ya en sus pijamas y era probable que no durmieran hasta que no regresara para asegurarse de que lo había hecho a salvo.
Cuando notaron la sangre cubriendo la mayoría de mis facciones, mi mami se levantó y corrió hacia mi para tomar mi rostro entre sus manos.
—Te amo —susurré sintiéndolo desde lo más profundo —y te pido perdón por lo perra que he sido contigo, solo no sabía a donde ir y solo supe meterme debajo de tu sombra —las lágrimas se aglomeraron en mis ojos al verla llorar —tenía miedo de no cumplir con tus expectativas o la de los demás en general, lamento mucho haberte hecho daño —ella negó con una sonrisa aun cuando su rostro estaba bañado en lágrimas.
—Siempre he estado orgullosa de quien eres, excepto cuando apagaste tu esencia para agradarme, cuando creíste que te juzgaba por no ser quien deberías —negué.
—Nunca creí que fuiste la culpable, sí, fuiste objeto de mi desquite, pero no porque me sintiera mal con respecto a ti, sino porque siempre estabas en el medio sin importarte recibir todo —y sin dudarlo me abrazó.
No le importó que estuviese cubierta de sangre desconocida, no le importó nada, solo abrazar a su pequeña hija.
Lo único que alguna vez tuvo.
—Asesiné a dos personas —susurré en su oído y las lágrimas descendieron completamente —y ahora tengo miedo de lo que me pueda convertir.
Ella soltó una suave ricita.
—Recuerdo haberle dicho algo similar a tu padre y me dijo que va a pasar, ese miedo en algún punto se irá y cuando eso suceda conocerás la mejor versión de ti misma.
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Infiltrarme en una casa como esta era sencillo, solo tuve que trepar de ventana a otra hasta encontrar una abierta. La seguridad delantera era una burla, porque carecía de portón y estaba en un barrio promedio en donde no hacía falta tener cámaras de seguridad.
Una vez encontré una de las ventanas sin seguro la abrí y me colé dentro de la habitación dándome cuenta de que era la de la lavandería.
Jadeé al levantarme y caminé hacia la puerta para salir hacia el pasillo ya conocido para mí.
