18.- Un sitio seguro.

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«Fue cuando comprobé que murallas se quiebran con suspiros y que hay puertas al mar que se abren con palabras.»

—Rafael Alberti

Golpeo el saco con fuerza, Luke a mi costado observa con atención

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Golpeo el saco con fuerza, Luke a mi costado observa con atención.

—Asegúrate de poner el peso sobre la pierna derecha antes de golpear —señala—. De lo contrario cuando el saco vuelva, puede desestabilizarte.

Hago lo que dice, un par de semanas habían pasado desde que comencé los entrenamientos y Luke parecía haber tenido suficiente de las cuerdas, así que habíamos comenzado con el saco, y a veces Adam se animaba a practicar un poco.

Mi padre no parecía prestarles atención a mis horas fuera de casa, aunque Gema había preguntado en más de una ocasión en donde estaba, sin embargo, era fácil evadirla.

—Controla tu respiración —dice cruzándose de brazos, habla con tranquilidad mientras se apoya contra una de las columnas—. Tienes que respirar para que tus golpes tengan poder.

Me aparto, tomando una inhalación intentando recuperarme.

—Respira entre cada golpe —hace una demostración y sonrío.

—Sí, sé cómo se hace —Luke rueda los ojos.

Hago lo que dice, me concentro en regular la respiración entre cada golpe, el sonido de los guantes al chocar contra la lona me llena los oídos. Permanezco haciendo lo mismo cerca de treinta minutos más, hasta que Luke me detiene.

—Adam dice que en las prácticas que va bien —dice con una sonrisa—. Quiero comprobar eso.

Lo observo colocarse un par de solapas en las manos, las golpea entre sí antes de plantarse frente a mí.

—Intercambia tus golpes —dice—. Izquierda, derecha. Debes estar preparado para esquivar la mano ¿eh?

Asiento.

Tomo una inhalación antes de comenzar, mis puños golpean las solapas de sus manos y olvido, solo por una fracción de segundo, la última indicación así que cuando él extiende su derecha, no puedo esquivarla.

El golpe, aunque no fue demasiado fuerte, me sacude.

—¿Qué fue lo que te dije? —inquiere con diversión—. Necesitas estar atento, ser capaz de esquivar el golpe o bloquearlo. Otra vez.

En esta ocasión, cuando extiende su izquierda estoy atento así que consigo esquivarla con facilidad y volver a golpear.

—Cuando no puedes esquivar, debes bloquear los golpes —dice apartándose. —Elevas los brazos, te cubres con el antebrazo —hace una demostración, cubriendo parte de su rostro con el antebrazo—. Eso te da oportunidad para preparar un golpe.

Atracción mortal.Where stories live. Discover now