55.- El ser real.

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«En la vida no se puede tener todo; sin embargo, es necesario aspirar a ello, porque la felicidad no es una meta sino un estilo de vida.»

–Federico Moccia

Dereck.

Me hubiese encantado decir que nuestra recuperación fue rápida, y fácil, que resolvimos todo con rapidez y que ahora estábamos mejor que nunca, pero no fue así.

Las vacaciones de verano llegaron, dos meses que resultarían insuficientes teniendo en cuenta que pasé cerca de dos semanas en Texas con Sebastián, no me agradó la idea de apartarme de Halley luego de lo que había ocurrido, pero parecía que todos consideraban que eso era lo mejor.

El trastorno mejoró, aunque no desapareció del todo y tuve que continuar la medicación y las visitas regulares con la terapeuta.

Pero estaba bien, y en proceso de estar mucho mejor.

Termino de guardar la ropa en el interior de la maleta, corro el cierre y me aseguro de que esté bien cerrada antes de bajarla de la cama.

—¿Has empacado todo? —volteo hacia la puerta, Luke se encuentra apoyado en el umbral de la puerta, cruzado de brazos mientras me observa con una ligera sonrisa en el rostro.

—Lo hice —respondo—. Todo lo importante en esas cajas.

Señalo el par de cajas de cartón que descansan al lado de las dos maletas que recién termino de hacer

—No puedo creer que te irás mañana por la mañana—expresa en un suspiro—. Agradezco que me hayas dejado llevarte hasta el campus, ya sabes, quiero asegurarme que todo esté en orden.

Sonrío.

—¿Por qué habría de negarme?

—No lo sé, los universitarios son tan independientes —bromea.

—Pudimos tomar un vuelo, te ahorrarías las horas en la autopista.

—¿Qué hay de entretenido en eso? —inquiere—. Lo mejor que puedes hacer antes de la universidad, es el viaje hacia el campus, en auto.

Las clases comenzaban en una semana, y tenía que presentarme al campus para instalarme y poder recibir los horarios con tiempo. Luke decía que era mejor obtener una habitación compartida, un compañero de habitación hacía los años de universidad mucho más entretenidos.

Yo no estaba tan seguro.

—¿Cómo va el brazo? —inquiere—. ¿Te ha molestado? He llamado a un par de médicos que están cerca del campus y...

—Estaré bien —lo interrumpo—. Ha estado bien, lo sabes. La terapia funcionó, puedo hacer cerámica sin terminar ocasionando un desastre.

—De cualquier forma, creo que no vendrá mal que tengas sus números —sugiere encogiéndose de hombros.

Asiento levemente, solo para mostrarle que estoy de acuerdo y regreso la atención a las maletas. Repaso mentalmente la lista, no quería que a mitad del camino me diera cuenta que había olvidado algo.

—¿Halley cuando se marcha?

—En un par de horas —expreso en un suspiro pesado—. De hecho, iré con ella pronto.

Un corto silencio se instala entre nosotros.

—Sé que eso de la relación a distancia puede ser complicado, pero estarán bien —afirma acercándose—. Van a estar bien.

Atracción mortal.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora