Dereck Jones y Hailey Williams en un mundo perfecto, jamás hubiesen coincidido.
Él no tenía nada, ella poseía todo.
Él estaba familiarizado con el dolor, ella nunca lo había experimentado.
Él era oscuridad, ella era luz.
Dereck solo quiere escap...
«Para cuando la razón entiende lo sucedido, las heridas en el corazón ya son demasiado profundas.»
—Carlos Ruiz Zafón
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A la mañana siguiente, Austin aún está contra mi cuerpo, profundamente dormido. Salgo con suavidad de la cama, teniendo cuidado de no despertarlo, una leve sonrisa se filtra en mis labios cuando lo miro removerse sobre el colchón y le coloco la manta encima antes de meterme al baño.
Plasmo una mueca cuando observo mi reflejo en el espejo. La esquina del labio ha comenzado a adquirir un tono morado, la ceja aún evidencia el pequeño corte y el costado de mi rostro, luce amoratado.
Me apoyo contra el lavamanos, dejando caer la cabeza hacia adelante. Nadie creería cualquier estúpida excusa que dijera. Tal vez podía inventar que estaba enfermo y saltarme un par de días de clases para hacer que los moretones bajaran. Aunque debía buscar la manera de evadir a Halley.
Me cambio la ropa, me enjuago el rostro y salgo de la habitación. Cuando llego a la cocina, Gema está ahí y el sentimiento de molestia vuelve.
—Dereck...
—No voy a hablar contigo —sentencio—. Has dejado bastante claro cuáles son tus intenciones.
Tomo el resto de café que se encuentra en la cafetera, y lo sirvo en una de las tazas. Me adueño del empaque de pan que está en la alacena, y me dispongo a volver a la habitación.
—Dereck, por favor.
—Por favor, ¿qué? —inquiero con brusquedad.
—Esos golpes se ven mal, déjame...
—Escucha, no intentes emplear la faceta de mujer amable conmigo. Eso es lo que querías ¿no? Ganarte mi confianza y luego ir a contarle todo a Patrick. ¿Querías asegurarte que no haya ningún recuerdo de mi madre en esta casa? Pues bien, lo lograste porque me arrebató lo único que tenía de ella.
—Yo intentaba ayudar.
—¡Y mira lo que conseguiste con eso! —espeto. Dejo la taza y el empaque de pan con brusquedad sobre la mesa—. ¡Te dije que no interfirieras! ¿Por qué no te das cuenta? ¡Lo jodes todo! Tu maldita intención de ayudar solo me ocasiona problemas, ¿por qué no solo te haces a un lado?
—Creí que si hablaba con Patrick tal vez pudieran, no lo sé, hablar más de tu madre o colocar algunas fotos. Sé lo complicado que puede ser esto para ti.
Una risa falsa brota de mis labios.
—No, no sabes ni una mierda de esto —aseguro—. No tienes ni la más mínima idea de lo que vivir con Patrick significa para mí. ¿Crees que con tu presencia puedes arreglar todo? Pues malas noticias para ti, Gema. Lo único que haces es joderlo.
—No puedes culparme por intentar ayudarte, yo solo quiero que la relación mejore, Dereck...
—La relación con mi padre nunca va a mejorar, porque me detesta, me odia tanto, aunque te lo niegue. Aunque intente aparentar frente a ti que va a cambiar, que se está esforzando, que lo va a intentar. No va a hacerlo, yo ya lo entendí, tal vez deberías hacerlo tú.
