43.- No es el final

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«Un barco no debería navegar con una sola ancla, ni la vida con una sola esperanza.»

Epicteto de Frigia

Tres días después, por fin podía salir del hospital

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Tres días después, por fin podía salir del hospital. Fue un alivio, estar solo dentro de cuatro paredes blancas con un insoportable olor a medicamentos y alcohol iba a terminar por hacerme perder la cabeza.

—¿Estás seguro de querer esto? —inquiere Sebastián mientras sostiene las maletas—. ¿Realmente seguro?

—Sí —afirmo—. Creo que es lo mejor, ¿tú no?

—Bueno, creo que ya me había hecho a la idea de tenerte con nosotros en Texas, pero creo que, si decidiste quedarte, es lo mejor —responde—. Además, a Luke le va bien.

Sonrío levemente. Mi tío se aparta, mirando la habitación.

—¿Esto es solo para los invitados? —inquiere—. ¿Cómo serán las habitaciones normales?

—Más acogedoras —expreso adoptando una postura más cómoda sobre la cama.

Asiente levemente antes de acercarse de nuevo.

—El juicio de Patrick será en dos semanas —informa—. Luke está enterado de eso, no tienes nada de qué preocuparte, hay pruebas suficientes.

—¿Las hay?

—El testimonio de Gema, el de tu abuela que al final terminó por decir lo que sabía, Luke dijo lo que ocurrió cuando te sacó de casa y la investigación previa que Tania estaba llevando, hiciste las cosas bien, y eso ayudó. No tendrás que verlo, Tania dijo que solo si quieres estar presente en el juicio, de lo contrario no ocurrirá nada.

—No creo poder verlo a la cara, aunque fuese necesario —expreso—. No creo ser capaz.

—Bastará con el testimonio de Gema, ella tendrá que presentarse y lo hará —asegura—. Si hay algún cambio, Tiana hablará directamente con Luke.

—¿Crees que pueda ser necesario que yo tenga que estar presente? —inquiero.

—No lo sé, Dereck. Realmente me gustaría darte la respuesta que esperas, pero no tengo idea.

Lo observo mirar la hora en su reloj.

—El vuelo sale en tres horas, ya debo irme —expresa—. ¿Estarás bien? ¿Puedo irme tranquilo?

—Estaré tan bien como pueda estarlo —admito—. Gracias por venir.

—No es algo por lo cual se agradezca —me recuerda—. Quiero asegurarme que este es el sitio en donde quieres estar. Sabes que, si cambias de opinión, puedes llamarme, y prepararemos todo para recibirte en Texas.

—Si eso ocurre, te llamaré —aseguro.

Parece satisfecho, creo que simplemente marchará, pero, por el contrario, se acerca hasta envolverme en un abrazo cálido.

Atracción mortal.Where stories live. Discover now