15. Deseo insaciable

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Charlotte Harrison

Entro a hurtadillas al apartamento directo al baño. Aunque no quiero, debo deshacerme del olor a sexo en ropa y en mi cuerpo.

Me meto a la ducha bañándome con agua tibia, no sin antes revisar que Marcus no haya dejado alguna marca en mi piel como lo hizo ese día. Aun aparece como un recuerdo amargo después de ver cómo reaccionó Oliver a tal cosa.

La puerta del baño se abre, trago duro cuando Oliver corre la puerta cristalina de la ducha adentrándose en ella a mis espaldas. Me toma de los senos apretándolos, la sensación me gusta y cierro los ojos cuando lo hace dejándome caer en su pecho.

—Me fascinas cariño —dice besándome el lóbulo derecho.

La entrepierna me la coloca en la espalda baja, azotándome de la nada el trasero.

—Estas tan buena... —susurra dejando castos besos en mi cuello.

La lluvia artificial de la ducha cae sobre mi cuerpo y el de él. Estoy cansada, pero no puedo impedirle el tener sexo con él después de lo que le estoy haciendo.

Oliver cierra la llave, me pega a la puerta de la ducha y siento el frío de la misma sobre mis senos. A como puedo me sostengo mientras acomoda el miembro en mi húmedo canal. La embestida me llega de la nada, suelto un grito mientras Oliver rodea mi cuello con sus manos.

—Quiero hacértelo como aquel día cariño... —gruñe en mi oído recorriéndome un escalofrío por todo el cuerpo.

—Sigue, no pares —ordeno.

Me obedece, pero en lugar de quedarnos en la ducha me saca de la misma llevándome a la cama. Me abre de piernas volviendo a llenarme de su miembro. Separo mis pliegues comenzando a trazar círculos sobre mi punto de nervios. Sé que no llegaré, sin embargo trato de llegar hacerlo.

—¿Cómo me lo quieres hacer? —le pregunto en apenas un jadeo.

Los ojos se le oscurecen y...

—Boca abajo —me ordena y obedezco.

Me toma de ambas muñecas atándolas lo que supongo es una corbata. Me levanta el trasero dejándome en una posición en cuatro. Vuelve azotarme penetrándome con fuerza tomándome de las manos. La sensación es placentera y dolorosa, sin embargo me gusta. A pesar de que no llego, me gusta.

(***)

La tarde pasa rápido, hemos terminado de empacar permitiéndome olvidar por un momento que he cogido con Marcus y mi marido en una misma mañana.

La cabeza me da vueltas. Oliver va conduciendo hacia el aeropuerto donde abordará el avión que lo llevará a Nueva York.

—Estas muy callada últimamente cariño, ¿todo bien? —pregunta.

Vuelvo la mirada hacia él consciente de lo que estoy haciendo y nadie se puede enterar. Trago duro al mirar su hermoso perfil y ver sus ojos azules más brillantes que nunca. Y ahí está de nuevo, otra vez la culpa que aparece cuando estoy con Oliver, pero se desvanece cuando estoy con Marcus. Porque con éste último me olvido de todo, de mi alrededor, del lugar en el que estoy y pienso solamente en lo bien que me folla el señor oscuro.

—Estoy bien cariño —digo —, solo un poco cansada.

—Pues repón todas esas energías para cuando regrese ¿Vale?

Asiento.

Oliver me ama, Marcus solo me desea. Me lo repito una y otra vez para no confundirme y hacerme a la idea.

Aparcamos en la terminal correspondiente, ayudo a Oliver con el equipaje y caminamos juntos hasta el aeropuerto. Ya dentro, observamos la fila que hay. No es muchas, pero lo mejor es que se forme antes de que ésta se alargue más.

PERVERSOS 1° SeducciónWhere stories live. Discover now