Capítulo 25: Recuerdos.

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CHRISTOPHER.

Los arboles se mecen al compás del viento a través de la ventana, los observo como cada tarde sentado desde el sillón de mi nuevo despacho. Hace un año que soy el Alpha de la manada cuando mi padre decidió que era hora de retirarse. Si bien la manada se encuentra estable y a nadie le falta nada a mi me falta todo. Me falta ella.

Hace dos años que los días solo son eso, días. Espacios de tiempos llenos de soledad, ya no hay días festivos, ni tiempos libres, simplemente me centre en trabajar, día y noche para compensar su perdida.

Dos años en los que no he podido dormir una noche de corrido, porque por más que lo intente despierto a media noche con el recuerdo de ella. Recordarla acurrucada contra mi cuerpo, abrazándome, noches y noches en las que solo ella aparece en mis sueños.

Extrañando el color de su pelo desparramado sobre las almohadas, el color de sus ojos, el sonido de su risa, el sabor de sus labios. Nadie en mi familia comprende el repentino cambio de mi humor. Nadie sabe el acto de cobardía que tuve ese día. Nadie comprende como mi corazón dejo de latir en el mismo instante en que sus ojos me miraron con dolor.

El único que puede llegar a entenderme es Marcos, cuando me hice Alpha él se convirtió en mi beta y mejor amigo. Ya no hablo con nadie, ya no sonrió con nadie, ya no me emociono por nada, porque todo eso se lo llevo ella ¿A dónde? Ni idea, porque cuando quise reparar mi error fue demasiado tarde.

Flashback

Mi pecho duele, mis huesos duelen, todo duele. Solo queda dolor, ya no queda nada más, el vacío que se instaló en mi pecho desde que ella acepto mi rechazo no se ha movido de ahí.

Veo como prácticamente corre del lugar lejos de todos, lejos de mí.

– Eres un idiota. – lloriquea Zeus – olvídate de mí, te lo advertí anoche cuando no quisiste ir con ella, te dije que si hacías esto olvidaras que tenías un lobo y yo cumplo mis promesas.

Ignore sus palabras observando a la lejanía esa cabellera roja, deseando que voltee a verme una vez más, deseando que algún día me perdone. Nuestro vinculo está roto, pero mi corazón aun late por ella, me enamore perdidamente de aquella muchacha de pecas y ojos verdes.

Puedo sentir como alguien se posiciona a mi lado y el horrible olor de Brett llega a mis fosas nasales.

– Hiciste lo correcto, ella no es para ti.

La rabia inunda mis venas cuando su mano comienza a acariciar mi brazo, con un rápido movimiento me doy vuelta y la agarro del cuello elevándola unos centímetros del suelo. Sus ojos se abren como platos y sus uñas me arañan la piel intentando zafarse de mi agarre, Marcos y Liam rápidamente llegan a nuestra posición con clara preocupación en sus rostros.

– No quiero que me toques. – gruño hacia Brett – no quiero que me mires, no quiero que respires el mismo aire que yo, así que mantente alejada lo más que puedas de mi ¿me escuchaste? Porque la próxima te mato.

Asiente como puede y la suelto dejándola caer al suelo, comienza a toser tocándose el cuello y mirándome con asombro y desprecio.

– ¿Qué carajos te sucede? – exclama marcos mirando como Liam ayuda a Brett a levantarse.

Lo ignoro completamente y me acerco a Liam. Al verme retrocede unos pasos y su vista flaquea entre mantenérmela o esquivarla.

– Te dije que si hablabas sobre lo que ocurrió te iría mal. – gruño y sus ojos se abren con asombro – prepárate para las consecuencias.

RechazadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora