Capítulo 48: Mío.

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ISABELLA

La cabeza me da vueltas, aprieto con fuerzas mis ojos y llevo mis manos hacia mi cabeza rascandome con ansiedad. Ha pasado un día desde que mi magia casi me absorbe completamente, donde casi me perdí, sino hubiera sido por la marca que ahora tengo en el cuello.

Desperté hace un par de horas en mi habitación. Sola.

Tengo vagos recuerdos sobre esa tarde. Christopher lleno de sangre. Liam escapando. Una barra de metal. Mi runa sanadora en el suelo. Mis manos temblorosas. El sabor a sangre en mi boca. Descontrol. Dolor. Dientes incrustados en mi piel. Tranquilidad. Paz. Amor. Sus ojos celestes mirándome con preocupación. Oscuridad.

Desperté y pensé que estaría conmigo, pero no fue así. Ni siquiera Brenin estaba aquí. ¿Qué sucedió? ¿Brenin hablo con él? ¿le conto? ¿se sintió obligado a marcarme? ¿será que no me quería?

– Basta. – gruñe Ágata. – deja de pensar eso, no fue así.

– ¿Entonces que sucedió? No entiendo nada.

– Debes hablar con él.

– No quiero verlo. – respondo removiéndome incomoda en la cama.

– No podrás evitarlo, la marca lo exigirá.

Bufo, – ¿Por qué siempre todo debe ser así? Obligada por algo. Primero la Diosa luna y ahora la marca. Nunca tengo opciones con él.

– Lo lamento, pero lo necesitábamos. – responde con tristeza. – no podía dejar que te perdieras.

Ignoro sus últimas palabras y flexiono mis rodillas pegándolas a mi pecho. Apoyo mi mejilla en ellas y observo por la ventana la copa de los árboles. Se que tiene razón, que fue lo correcto, pero solo quería tiempo.

Tiempo para hablar las cosas con calma. Explicarle. Quizás por eso no esta aquí, por eso no ha venido y lo peor de todo es que lo necesito. Mi cuerpo exige su cercanía. Necesito su calor, sus caricias, su aroma.

La marca tiene esos efectos, de querer estar cerca del macho al menos los primeros días y más al ser Omega. Necesito de sus feromonas para calmar las mías que exigen a su Alpha.

– Debemos terminar de sellar la marca. – habla ágata nuevamente.

– ¿De qué hablas?

– Deben tener relaciones. – ronronea. – y debe volver a morderte, la de ahora es provisional si en una semana no terminan de sellarla se borrará y corres riesgo de volver a perder el control, además cada día será más incómodo.

– Genial. – respondo con ironía.

∞∞∞∞

CHRISTOPHER

Dos días.

No ha salido de la habitación y nadie entra. Nadie quiere incomodarla. Rosita es la única que entra a dejarle comida y verificar si necesita algo, mientras yo espero a unos cuantos pasos de la puerta a la espera de que salga e interrogarla, saber cómo esta, como se siente.

Se que no quería ser mordida, que no quería volver a estar unida a mí. Cuando la mordí parte de algunos recuerdos llegaron a mi mente... así supe que desde que llego a la manada sabe que nuevamente éramos mates. Que no me quería. El dolor. El miedo. Todo llego.

Al final esta obligada conmigo, porque me necesita, porque sino su magia la absorberá. No porque quiere. Si bien muero por estar con ella, besarla, tocarla, admirarla, quererla, impregnarla con mí olor para que todos sepan que es mía... no lo hare. No lo merece.

RechazadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora