Capitulo 43: Entender.

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ISABELLA

El día paso como si no hubiera existido. Hoy era el día de la gala, exactamente en hora y media. La mansión era un caos, ayer en la tarde comenzó a llegar la gente de catering y todos aquellos encargados de dejar todo presentable. Con Brenin fuimos hoy en la mañana a buscar nuestros atuendos, no fue difícil, tenían gran variedad de cosas, pero aun así no tengo ganas de asistir.

Christopher no se ha despegado de la mujer que llegó ayer, solo la ve a ella, a mí no me ha dedicado ni siquiera una pequeña mirada. Es como si no existiera. Y ahora me encuentro frente al espejo de mi pieza, envuelta en una bata debido a mi reciente baño, armándome de valor y de ánimos para arreglarme y bajar.

Unos golpes a mi puerta llaman mi atención y me dispongo a caminar hacia ella para abrirla. Mi corazón pega un salgo y los nervios se hacen presentes con la persona tras ella.

Felipe

– Hola. – saluda con media sonrisa.

– Hola.

nos quedamos mirando unos segundos, él ya está enfundado en su traje negro hecho a medida, su pelo está peinado de tal manera que cada hebra de él está en su lugar debido al gel.

– ¿Puedo... puedo pasar? – pregunta con un poco de balbuceos.

– Eh... claro. – respondo haciéndome un lado dándole espacio suficiente para adentrase en mi habitación.

Entra caminando lentamente, con las manos en sus bolsillos, admirando cada rincón de la pieza. los nervios están presenten en mi cuerpo y suelto un suspiro mientras cierro la puerta y volteo para encararlo.

– ¿Cómo haz estado? – pregunta rompiendo el silencio.

– Bien. – juego con mis dedos. – ¿tú?

Asiente con la cabeza. – Bien, llegamos hace poco.

– Que bien ¿todo bien con el viaje?

– Todo bien.

asiento con la cabeza mirándolo a él y luego mirando hacia cualquier lado, el silencio que se forma entre nosotros es incómodo. Nunca nos había pasado, pero es totalmente entendible debido a mi actitud y los años que estuve lejos.

– Creo que debemos hablar ¿no crees? – pregunta rompiendo el silencio, pero aumentando aún más mis nervios.

– Sí.

Vuelve a asentir y comienza a caminar por la habitación, dándome la espalda cuando se acerca al balcón.

– Sabes... he intentado entender que pudo suceder para que te fueras así, sin despedirte, sin avisar, sin dejar ni siquiera alguna señal...– voltea a verme.– llegue a pensar que te había pasado algo, que habías muerto.– su voz se quiebra ligeramente.– pero aquí estas... actuando como si nada, como si no te importara lo que nosotros sentimos cuando te fuiste, nos ignoras, no nos hablas, no nos permites acercarnos... de verdad que intento comprender qué diablos sucedió, pero nada calma mi mente así que te pregunto directamente y por todos los años que nos conocemos, por todo lo que vivimos espero que me respondas con la verdad.– avanza unos pasos hacia mi.– ¿Qué sucedió?

Trago saliva pesadamente al verlo, escucharlo, sé que le debo una explicación, decirle que me sucedió el por qué me fui, pero no puedo.

No quiero dañar la imagen de su hermano, contarle lo que en verdad sucedió, solo generaría dolor, desilusión, tanto para él como para sus padres y no quiero eso.

– Yo...– suspiro pesadamente. – encontré a mi mate.

Sus ojos se abren con asombro. – ¿Qué?

RechazadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora