20. Prejuicios

472 32 10
                                    

Veo cómo se frena el Audi, la velocidad baja como cada día hasta parar frente a la casa de los Twist lo que pasa que hoy nos hemos detenido un poquito más arriba, entre la casa que me acoge y la de los vecinos. Miro a Zac que apaga el motor con el giro de su muñeca y me mira fijamente apoyando el brazo izquierdo sobre el volante para girarse un poco más hacia mí.

- ¿Qué, ya has mirado algo del disfraz? - pregunta poniendo una sonrisa en sus labios.

-Sí, he estado mirando pero creo que lo que he encontrado es demasiado la verdad- rio recordando el corsé blanco que vi y al que pensé ponerle un tutú para conseguir el disfraz.

- ¿Demasiado? No creas que la gente va simple como dice Giulia, se que Sophia siempre suele aparecer con el mejor disfraz de toda la fiesta y lo prepara desde septiembre casi- ríe al pensar en la novia de su amigo.

Alzo mis cejas al pensar en ella. Voy a tener que competir en cuanto a disfraces respectas aunque yo no quiera porque por supuesto, ella va a esa fiesta y como acaba de decir el chico que me hace ojitos, será una pasada de disfraz. Voy borrando el corsé de mis posibilidades porque me niego a recibir un solo insulto por su parte ante ello, si ella quiere ser la más guapa, sexy o lo que sea, todo suyo el trono, sin problema.

- ¿Me enseñas lo que habías mirado?- indaga Zac al ver que no respondo.

-Eh, bueno es que no es que sea gran cosa- digo mordisqueando mi labio mientras hago el amago de sacar el móvil.

-Entonces que me quede claro, ¿es demasiado o no es gran cosa? - se burla con una sonrisa ladeada haciendo que le propine un golpe en le brazo ante ello.

-Míralo por ti mismo porque no sé como explicarlo.

Busco entre mis capturas de pantalla y le muestro la foto de la modelo con el corsé. La verdad que la chica rubia lo luce como si fuese una camiseta normal e incluso parece cómoda, pero por lo que tengo entendido esas cosas son el mismísimo diablo, me podría disfrazar de corsé desde luego. Zac examina la foto con cautela, probablemente deteniéndose en el pecho que se le hace a la modelo y cuando se gira hacia mí su mirada cae sin quererlo en mi pecho, intentando comprobar que podría lucirlo igual de bien. Perfecto, ¿para qué hacerte tus propias inseguridades si ya te las hace tu chico?

- ¿Y bien? - pregunto arrancándole el móvil de las manos cuando lo vuelve a mirar- Lo había pensado acompañar de un tutú blanco, mirar unas medias o algo y unas botas altas. Bueno y la chaqueta tendré que mirar.

Omito con temor la parte de que la chaqueta había pensado preguntarle al rubio por si podría prestarme una. Me da miedo que Zac pueda reaccionar de igual manera que su amigo si le nombro en algún momento inapropiado como este donde en el marrón miel de los ojos ahora hay un deje más oscuro, algo como más salvaje.

-Como aparezcas así por la fiesta me va a costar horrores no querer encerrarte en alguna de las habitaciones de arriba Eva. Vas a ser completamente la debilidad de Chucky- dice por fin haciendo referencia a nuestro disfraz de Chucky y su novia Tiffany.

- ¿Encerrarme? ¿Tan fea te parece que voy a ir? - me quejo aunque comprendo que no va por ahí su mensaje.

-Vas hacer temblar a la propias Sophia cuando te vea, te lo aseguro. Así que me va a tocar encerrarte por tu bien y el mío claro está.

Su cara se acerca peligrosamente a la mía y yo no soy capaz de aguantar mucho más como clava su mirada tan fiera sin llegar haberme visto con el conjunto puesto. Cuando sus labios impactan en los míos el beso se hace diferente a lo que siempre acostumbramos a darnos, es feroz y su lengua se abre paso sin pedir si quiera permiso por mi boca. Yo hago el amago de acercarme más hasta clavarme en la pierna la palanca de cambios y entonces es él quien desde su asiento inclina un poco el mío con un simple botón echando gran parte de su cuerpo sobre mí. Noto su mano acaricia mi mejilla para cuando nos separamos del beso con la respiración agitada suplantarlo por sus labios que bajan hasta mi cuello mientras que la mano ahora traza un camino diferente hacia abajo, se desliza por mi tela palpando cada parte de mi cuerpo, la curva de mi espalda mi abdomen, las caderas y de ahí directa a mi trasero. Suelto un pequeño ruido desde el interior de la garganta cuando sus labios juegan en mi cuello, provocándole una risa como hasta ahora no le había oído, es profunda y demasiado fuerte que me hace vibrar a mí con su cuerpo. Sabe lo que hace, sabe que me gusta como lo hace.

Un amor de ida y vueltaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora