La vida antes de ellos (Prt. 3)

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Los Lupin eran una familia de magos muy conocida en el mundo magico de Inglaterra debido a la gran influencia y fortuna que paseían, Lord y Lady Lupin siempre eran vistos en los eventos de sangres pura que se realizaban siempre acompañados por su heredero Lyall Lupin un jovencito que había sido criado como un sangre pura con todas sus reglas, claro, solo que siempre le costo adaptarse a esa de odiar a los muggles.

En hogwarts el había ido a ravenclaw y como buen representante de la casa de las águilas estaba en desacuerdo no podían odiar a los muggles solo por no tener magia o por una antigua rivalidad de hace ufff quien sabe cuanto, sobre todo no podía odiarlos, porque a veces el fingía ser uno...¿la razón? Esa razón tenía nombre y era Hope a sus dieciocho años se había visto de cara con lo que era el amor a primera vista, incluso se podía decir que había recibido el flechazo de cupido, en un momento un poco decisivo en su vida ya que sus padres buscaban comprometerlo lo mas pronto posible con una señorita sangre pura o mestiza de buena familia como lo eran ellos.

Pero un día en particular marcaría su historia el día en el que sus padres se enteraron de su relación, era mas que seguro que ellos amaban a su hijo por lo que no les importo mucho, pero sus abuelos, lo aborrecían a mas no poder decían que era una vergüenza para su familia.

Hope Howell era una jovencita preciosa de cabellos oscuros y hermosos ojos mieles, estatura mediana, ella conoció a Lyall una vez por casualidad cuando daba un paseo por Londres luego de salir de su trabajo, chocó con él, a primera vista le parecio el chico mas guapo que había visto sus cabellos castaños claros y ojos verdes, ciertamente era muy diferente a ella su energía sin duda era distinta y eso, no iba mentir le había causado cierto interés, con el tiempo se conocían más y más, después de un año de relación, Lyall le dijo que sus padres buscaban casarlo.

_Ly cariño, no sé, si esté lista para casarme, no me malinterpretes yo te amo, pero...

_No te estoy pidiendo que te cases conmigo ahora Hope, de hecho solo te lo dije, porque pienso decírselo a mis padres.

Definitivamente ese día fue raro ya que Lyall no le había pedido ir con él para presentarle a sus padres.

Aquel día sus padres se mostraron comprensivos después de todo no podrían ir en contra de lo que su hijo sentía, claro que la familia es otra cosa, a partir de ese día fueron considerados traidores a la sangre pero ya no les interesaba en nada, tiempo después en un restaurant les presento a sus padres a Hope, se cayeron mas que bien.

Antes de comprometerse Lyall le revelo a Hope lo que era, aunque al inicio no lo tomo bien por el tiempo que este se lo había ocultado, pero el amor pudo mas y termino aceptando despues de todo, ella lo amaba, cuando por fin se casaron la ceremonia fue pequeña y solo con los mas cercanos a la familia, fue algo muy hermoso y significativo para la pareja de esposos.

Vivierón su vida de casados y aprovecharon al máximo el tiempo unos cuantos años no tenían prisa por tener hijos eso les dio mucho tiempo para prepararse en especial a Hope que no sabía lo que podría esperar si es que tenía un bebé, no sabía nada de como funcionaba eso solo sabía que era muy probable que el bebé tenga magia ya que al venir de una familia sangre pura como era su esposo era muy normal ¿Comó alguien como ella criaria a un mago? No tenía idea de los cuidados que debía tener ¿Será que no la iba querer por no se bruja? Lyall le había dicho que era muy común que el bebé pueda sentir la magia de él pero ¿Y ella? Porque tenía en claro que no poseía magia, todos esas dudas quedaron atrás cuando se dio cuenta de que tendría un bebé y no le importó nada mas, sabía que aún sin ser bruja ella amaría a su hijo tal vez este no podría sentir su magía pero si su amor.

Su embarazo se fue poniendo mas raro cada vez, pedía cosas que ella en su vida había probado, en especial el chocolate era algo de lo que se había vuelto fan numero uno, también tuvo la oportunidad de probar comida mágica, todo indicaba a que el bebé sin duda alguna sería un mago, a los cinco meses lo sintió moverse por primera vez fue la sensación mas hermosa que jamás había experimentado un cosquilleo de emoción que explotaba en su corazón, también fue la primera vez que sentía directamente la magía de su esposo, podía sentir la alegría del bebé cuando Lyall ponía su mano en su barriguita, la magía la consumia completa, lo único que la incomodaba era el hecho de que el bebé tendría que nacer en un hospital mágico (San Mungo) en lugar de uno normal, ya que Lyall no quería arriesgarse con su bebé, por su parte tenía miedo y curiosidad de saber como sería, si en caso dolería menos, después de todo sus padres no estarían con ella, hacías años que no sabía nada de ellos.

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