Estacion 9¾

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20 de agosto de 1971

El día iba de acuerdo a su estado de ánimo, nublado, era perfecto para ir al callejón Diagon y comprar todo lo necesario para ir a Hogwarts estaba feliz y nervioso, aún no sabía que resultaría de toda esa aventura a la que voluntariamente iba meterse, porque estar en Hogwarts sin duda sería algo que recordaría durante toda su vida.

Su madre hacia la compra de los libros junto con él, mientras su padre iba con James a comprar el resto de cosas.

Miro emocionado los libros de pociones avanzadas, sabia que aún le faltaba años para que le dejen tocar uno así, pero no importaba después de todo su padre era de los mejores pocionistas que había en el mundo mágico, iba tan concentrado en eso que terminó en el suelo, había chocado accidentalmente con alguien.

—¿Acaso no tienes ojos?— habló molesto el contrario, era un chico rubio que al parecer era un año mayor que él, según los libros en el suelo.

—Si, tengo dos ¿Acaso no los ves?— respondió Severus y el otro lo miro molesto.

—La próxima vez úsalos, así ves a quien tienes frente a ti, no terminas chocando te lo aseguro — respondió de mala manera y con algo de sarcasmo al final.

—Podría decir lo mismo ¿Qué me asegura que fui yo el que chocó? Después de todo si me hubieras visto...todo esto se hubiera evitado— Severus se arreglo la bonita túnica que llevaba y paso por su lado, quien se creía ese rubio estúpido para hablarle así.

El rubio se quedó estático en su lugar mirando sus libros en el suelo, estaba molesto e impresionado, nadie le había respondido nunca, estaba acostumbrado a que todo aquel que escuchará una palabra suya se estremezca y diera la vuelta, pero no contaba con que un niño de cabellos negros como la noche y ojos tan oscuros como el fondo de un abismo, no solo le respondiera si no que también se había atrevido a culparlo de lo sucedido, salió de su ensoñación cuando la dulce voz de su prima lo sacó de sus pensamientos.

—Lu, debes darte prisa, no me quedaré aquí esperándote quiero ir por algunas varitas de regaliz — una preciosa niña de largos y ondeados cabellos rubios y ojos que podían fácilmente confundirse con el cielo, por lo azules que eran, se posicionó a su lado.

—Pandora, deberías empezar a comportarte mejor, no puedes apresurar a las personas solo porque quieres algo, a tu madre no le gustará esa actitud, te recuerdo estas solo a días de volver a Francia con ellos— La niña a su lado lo miro comprensiva, juntos recogieron los libros del suelo y caminaron hasta la salido.

Severus vio salir al chico rubio, no iba negar que su mente pensó que era lindo pero su actitud borro todo rastro de aquel pensamiento, lo vio caminar al lado de un señor y una niña ambos rubios igual que el chico.

—Sev, cariño que te parece si escoges algunos libros más, para que tengas que leer— la voz dulce de Euphemia, lo llevó a dirigir su mirada nuevamente a su madre, Severus asintió y con delicadeza se soltó del agarre y camino a buscar más libros.

/....../

Lily caminaba recorriendo cada estante, no podía decirse por una pluma, pensó que sería mejor llevarse todas, su madre había dicho que no, así que ahora tenía que escoger solo cinco modelos pero es que todas eran preciosas, estaba por escoger una cuando alguien llamó su atención.

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