New Life

Severus Snape

Llegó al lugar donde esperaba por Merlín que Eileen no se haya mudado, la casa todavía tenía luz en su interior, conjuro un Tempus  para saber la hora quizá no era tan tarde como ella creía, eran las dos de la madrugada, ser tan tarde y con un niño en casa eso le pareció malo.

Sigilosa se acercó a la ventana, lo que vio no pudo más que asustarla, la casa por dentro dejaba mucho que desear, pudo ver a un hombre arrojar una la lata de cerveza y gritar para que alguien le alcance otra, vio al pequeño hijo de Eileen correr con una lata de esas hacía donde estaba el que ella suponía era su padre, bruscamente el hombre le quito de las manos la cerveza y luego empujó al niño con tanta fuerzo que hizo que se cayera al piso, no pudo ver a Eileen por ningún lado, observo detalladamente el lugar, tenía basura por todos lados, latas vacías de cerveza y botellas de vino y Ron, abrió un poco la ventana de ella salió un olor tan horrible que se arrepintió de haberla abierto.

Sin esperar más se acercó a la puerta y la abrió entró despacio sin hacer ruido, aunque no había forma de que el hombre sentado ahí la escuchará, tenía la radio puesta en un volumen máximo que seguro por un hechizo solo sonaba dentro de la casa, camino hasta la cocina que estaba aún peor que la sala –si es que eso podía ser posible– la cantidad de platos con residuos de comida y la cantidad de comida que estaba por todos lados le decía que el pequeño era quien estaba haciéndose cargo de la casa.

Subió por las escaleras, abriendo la primera puerta que encontró se arrepintió tan pronto lo hizo, aquello era lo que suponía un cuarto de baño pero estaba en tan mal estado que parecía no haber sido limpiado en años –¿Cómo tenían un niño viviendo en estas condiciones?– salió de ahí lo más rápido que pudo abrió la siguiente puerta, donde encontró a Eileen quien estaba en un pésimo estado de salud, eso explicaba el porque su hijo se hacía cargo de la casa –Ojalá hubiera sabido de esto también en la otra línea temporal – Se acercó a la mujer en la cama, tenía un aspecto pálida y los labios tan secos y pálidos que parecían casi no tener vida, en su blanca piel se podían notar grandes hematomas morados y verdosos, algunos cortes cicatrizando, el cabello casi no tenía vida.

—Eileen...— susurró notaba el lento y casi inexistente respirar de la chica, quien se esforzó de sobremanera para abrir sus ojos que casi ya no reflejaban vida.

—Mia...— respondió de forma débil e intento sonreirle.

—No te preocupes, todo va estar bien, te llevaré a san mungo ahí te mejorarás — dijo Euphemia acariciando su cabello.

—No...no me salves a mi...no lo merezco...mis padres...tenían razón, Mia, quiero...pedirte algo— dijo ella de forma tan agitada como si ya no tuviera tiempo.

—Lo que sea por mi slytherin favorita — dijo ella mientras una lagrima resbalaba por su mejilla.

—Cuida de mi pequeño Severus...se...que...no fui la mejor madre...pero no quiero que se quede con este hombre solo dañaría a mi hijo...se que lo cuidarás como si fuera tuyo eso es lo que quiero, quiero que olvide todo lo que pasó aquí, quiero que crezca alejado de los muggles, prométeme eso por favor— dijo la chica con una mirada anhelante a su amiga

—Claro Prince, sabes que lo hubiera hecho de todas formas, no esta en una gryffindor dejar a alguien— dijo ella hacíendo reír a su amiga, Euphemia tomó su mano y se quedó con ella en un apoyo mutuo, como una muestra de perdón por no haberla buscado antes y por no poder calmar su dolor ahora, Eileen no quería que la salvarán quería descansar, sabía que si vivía su hijo sufría mucho más por culpa de ella, con un último suspiro y una sonrisa, cerró sus ojos sabiendo que su hijo estaría seguro y ella ya no sufriría mas, Euphemia apretó su mano y luego de una hora se alejó de ahí dejando rosas blancas al rededor de su amiga, corrió al último cuarto el que suponía era del pequeño, encontró al niño aún despierto.