New Life

Halloween Muggle

Desde que rescataron a Sirius, este con el tiempo y paso de los meses fue mejorando, al inicio los primeros días se negaba a separarse de su mamá o papá, no jugaba y estaba ausente, fue poco a poco superándolo, aunque las noches de lluvia y tormenta aún lo aterrorizaban, pues eran un recordatorio constante de lo que había pasado, sin embargo Lyall les había dicho que era normal, pues un trauma así, a veces puede tener ese tipo de consecuencias que se verían reflejadas más adelante como un miedo a las tormentas. No obstante también estaba el hecho de que con el paso del tiempo se olvidase de lo sucedido pues al tener cinco años era probable que más adelante su consciencia como método de defensa ocultará aquellos sucesos en lo más profundo de su ser. De cualquier forma que sea, se encargarían de que Sirius borre aquellos recuerdos, no con hechizos ya que eso podría generar más daño que ayuda, si no con amor y comprensión.

Ahora meses después Sirius volvía a tener la misma energía y alegría de siempre y junto a James no había fin de semana que no volvieran locos a sus padres, el grupo en sí, volvía loco a cualquiera parecía que la energía no se les acababa nunca. Walburga agradecía que Lily y Regulus no fueran como Sirius, si no ella ya se habría vuelto loca.

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Desde que habían regresado de vacaciones se habían llevado muchas sorpresas entre ellas habían conocido al nuevo integrante del grupo Severus Prince quien era cuidado por los Potter como un hijo más, todo lo que se habían perdido. A decir verdad era mucho y eso que solo se fueron por dos meses, pero en fin estaban de regreso y en cuanto regresaron volvieron a la misma rutina de siempre de ir y dejar a  Peter de un lado a otro,  en cierta parte los hacía felices ver como Peter de noche regresaba a contarles todas las aventuras que había tenido, justo como en ese momento.

—....entonces con los chicos derrotamos al monstruo de las escobas y rescatamos a la escoba favorita de James.— Ambos padres sonrieron escuchando la gran aventura que su hijo tuvo hoy.

—¡Bien, Pet! Me alegro de que hayas podido con el monstruo — dijo su padre

—No fue difícil derrotarlo, teníamos todo lo necesario para hacerlo— dijo Peter poniéndose de pie en la cama

—¿Enserio?¿Y como se derrota a un monstruo?— pregunto su madre con una sonrisa dulce.

—James dijo que lo primero era tener un plan, luego tener una distracción para que se ejecute el plan, luego mientras se hace todo eso alguien debe escabullirse para dar la victoria a su equipo — explicó Peter a sus padres.

—Vaya ustedes parecen muy profesionales — comentó su padre divertido.

—Bien, mi caramelito, toma tu leche y a dormir — dijo su madre, Peter dejó que su padre lo acomodara en la cama otra vez para sentarse y recibir el vaso de leche.

—¿No hay galletas?— preguntó

—No, porque Euphemia me dijo que toda la tarde estuvieron comiendo muchos dulces, así que por hoy no más dulce — explicó Sara con dulzura

—Ni siquiera un pedazo muy chiquito —  pregunto Peter a su papá

—Si mamá dijo no, es no campeón — dijo su padre, sin decir más se tomó la leche y se acostó en la cama, sus padres le dieron un beso y se fueron apagando la luz de día y encendiendo la luz mágica.

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Fleamont terminó otro día más, vivo gracias a merlín, cuidar a los niños no era una tarea que le gustará hacer, era divertido pero cansado, tener que correr detrás de ellos y lanzar hechizos protectores para evitar accidentes no era la mejor forma de pasar todo el día, en especial si te dejan a cuatro niños muy ingeniosos y traviesos.