Las hermanas Black

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El día empezó con su madre gritando que se levanten, el sol recién comenzaba a brillar a traves de las blancas cortinas del cuarto de las hermanas, la primera en levantarse fue Andrómeda miro su habitación como todos los días recordando que cada vez faltaba poco para que vaya a Hogwarts, Narcissa se levantó minutos después con energía para iniciar a arreglarse, tenían que estar listas antes del desayuno o si no sus padres se iban a molestar.

Una vez hecho todo, las niñas bajaron con sus respectivos vestidos y con el cabello arreglado, desayunaron en silencio y con cuidado de no derramar ni una gota en su vestido.

Ambas hermanas ya listas y preparadas -para un día feliz con sus abuelos- partieron junto a sus padres a la casa de sus abuelos para otra de las típicas reuniones que tenían.

El salón estaba vacío aún habia elfos decorando y arreglando, así que ambas subieron a jugar en el salón de arriba, estuvieron jugando un poco de ajedrez y luego de que Narcissa venciera a Andrómeda por tercera vez, el que la pelinegra se canso y propuso otro juego.

-Incluso Sirius me hubiera dado más pelea- mencionó la rubia con una sonrisa

-No te burles, soy mejor en otras cosas que tú- habló Andy, mirando por el salón.

-Andy, no quiero jugar ese tonto juego de estudios- dijo cuando vio a su hermana traer el juego con el que les hacían aprender hechizos o magos con quienes deben relacionarse.

-No hay otro Cissy, así que es esto o vamos a buscar en el Ático- Narcissa de escuchar eso comenzó a negar con la cabeza, no volvería ahí.

-¿recuerdas esa vez que jugamos Snap explosivo y lo escondimos ahí?- mencionó Andy, a ella no le daba miedo, no entendía porque a su hermana si.

La rubia asintió pero aún así se quedó sentada, en su lugar, aún podía recordar aquel horrible día en el que sin querer había seguido ahí a su abuela y vio como castigaban al pobre elfo hasta casi matarlo.

-Vamos, estarás conmigo, yo te protegeré del monstruo que se esconde ahí o eso dice la abuela, ven Cissy ya entramos una vez sabes que no hay nada- Andrómeda se levantó y tomó la mano de su hermana y juntas caminaron hasta el ático sus abuelos no las verían, estaban muy ocupados abajo.

Cuando llegaron allí, Andy quiso abrir la puerta pero está se encontraba sellada, lo cual no era raro siempre tenía llave, intentaron abrirla igual que esa vez, pero nada, entonces Andy intento un hechizo, encima de la puerta se pudo notar una barrera que les impedía abrir la puerta, cuando escucharon pasos, se metieron en el cuarto de a lado, era una habitación fría y abandonada las cosas estaban cubiertas por sábanas blancas, las niñas no iban a rendirse, si esta vez sus abuelos habían sellado bien ese cuarto es porque ocultaba algo importante y Andrómeda quería saber que era, salieron al balcón de la habitación.

-Andy ¿Qué harás? No podemos entrar - mencionó Cissy mirando como su hermana saltaba del balcón.

-Tengo el presentimiento de que hay algo importante ahí dentro Cissy- Andrómeda camino por la delgada superficie de cemento que impedía su caída.

Ambas se acercaron, hasta que Andrómeda encontró la ventana que buscaba.

-¿Como sabias que había una ventana?- le pregunto a su hermana.

-La vez que entramos, me fije, tienes que ser más observadora Cissy- habló la pelinegra, movió su mano para abrir la ventana.

Andrómeda se acercó lo suficiente como para ver lo que había dentro, pero lo que vio la hizo gritar, Narcissa en un rápido movimiento tapo su boca con su mano y se asomo a ver pronto también ir tuvo que tapar la suya, lo que ambas vieron estaban seguras nunca iban a olvidar y seguro que Sirius tampoco.

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