Por Qué?

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El conde se encontraba atónito, apenas había puesto pie en su hogar, solo para encontrar su salon principal en total desorden.
Por supuesto que este no sería el único, la expresión de su Mayordomo se combinaba entre enojo y sorpresa, pero también se le veía asustado, por suerte para él su Joven Amo solo encontraría un salor abatido junto a unas cuantas botellas rotas.

De no haberse adelantado un par de minutos pudieron encontrar a dos Dioses descansando en la alfombra del salón, misma que también había desaparecido.

Ace pudo percatarse antes de su regresó y se ocupó rápidamente del aún inconsciente compañero de juerga, mientras que su colega de armazón cuadrado de la alfombra.

Ambos habían escuchado claramente el trotar de los coceles en la entrada cuando aún se encontraban en la cámara de tortura de la edificación. Se apresuraron a salir de esta con Grell y la alfombra; este seguía dormido, casi inconsciente.
Para Ace fue fácil únicamente dejar al bello durmiente en la banca del jardín y alejarse lo más pronto del terreno de la mansión, pues el solo sentir la presencia del demonio le erizaba la piel.

El joven amo quería un explicación, pero gracias a la incompetencia de su jardinero, sirvienta y jefe de cocina se llegó a la conclusión de que habían sido ratas las causantes del desorden, pues a estos se les había ordenado poner trampas antes de dejar la mansión.
Ratas que sabían dibujar, que tenían patas bastante grandes y una sed insaciable que casi terminaron arrasando con todo su licor.

El mayordomo después de atender a su Amo y ocuparse del monumental desastres, se dirigió furioso a cierta habitación.
Incremento su ira al no encontrarlo ahí y esta no se aminoro al ver donde realmente estaba.
Grell estaba recostado en la banca a los pies del roble de su jardín, la luz de la mañana era clara, hacía que su rostro se entibiara con el calor de la mañana, de la nada y sin avisó ésa luz se apagaria con la presencia del demonio justo frente a el.

Mientras que a lo lejos se encontrarían ambos Dioses de la Muerte, observando alejados de todo peligro, la distancia de kilómetros los protegía del demonio pero era suficiente para tener a su compañero aún al alcance de su visión.
Verían a la perfección como lo regresaban a la mansión.

A- ahora entiende mi teoría, cierto?

El contrario no respondería hasta que el superior le dirigiera la vista.

W- reitero mis disculpas Señor Wilde, no era consciente de la situación -

La nota que grell había recibido la noche anterior era falsa, una mala broma por parte de su fiel pajarito con motivo de ayudar a la recuperación de su compañero.
Y la creación de una broma de mal gusto.

A- olvidé eso, pero contésteme algo ¿qué opina? -

W- entiendo que hay algo que tiene a mi colega atado a este lugar, pero ¿cómo planea regresar con él y terminar con está tarea?

A- primero debo confirmar mi teoría, asi que le voy a pedir un par de cosas para ello -

W- imagino que eso involucrará mucho papeleo y trabajo extra, cierto? - El rubio se limito a sonreír para contestarle y escucharlo quejarse - Qué necesita? -

A- esto y asegúrese de que parezca creíble - Le entregó un sobre lleno de expedientes y certificados para sus altos mandos.

W- por supuesto, pero antes de retirarme le voy a pedir que me informe lo antes posible del progreso de su misión -

A- Aww.. Se preocupa demasiado por mi querido Señor Spears, le aseguro que podrá informarse de todo con mi amigo Othello, algo más? -

W- Si.... Esta sangrando -

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