Mi hermoso demonio

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El mayordomo estaría frente a su contrincante, sin pronunciar palabra alguna, solo esperaba su primer ataque, pues pensaba terminar este encuentro rápido y regresar con su pelirrojo.

W- siempre creí que los de tu tipo tenían gustos asquerosos- el shinigami lanza un ataque certero apuntando a los pies de su adversario -y supongo que esto lo confirmar -

El demonio recibía cada ataque del arma, sin poder responder a ninguno, en varios se ganaría heridas pequeñas y grandes, todas seguidas de ríos de sangre.

S- tsk...- pasaba su mano por cada herida y en cada una podía sentir como estas ardían pues su sangre parecía ser agua hirviendo. Cada una de las palabras del shinigami le enojaban

W- Supongo que a las bestias les atraen otras bestias desagradables como él -

S - No lo conozco de nada, pero a mí parecer, se escucha algo celoso-

W-yo! Celoso!-

La insinuación del mayordomo solo hizo que el siguiente ataque fuera dirigido directamente a su cuello, un ataque impulsivo y débil.
Ese ataque le dio toda la ventaja al demonio y le permitió derrumbar de un moviendo al shinigami.

S- y supongo que esto lo confirma- sus palabras iban acompañadas de unos brillantes cuchillos al cuello del de anteojos -aunque no lo culpó señor... Spears? Cualquiera podría caer a la tentación de ese cuerpo, ese rostro y cada uno de esos cabellos color de Rosas, un belleza completamente envidiable-

W-tsk..que asco-

Ese amargo comentario hizo que él mayordomo no pudiera evitar ocultar su enojo.

W-solo un demente o una bestia como tu podría ver belleza en algo como eso-

El demonio rechinaba los dientes, su apatía hacia que la imagen de Mayordomo se convirtiera en una aura siniestra, la ira era lo único emanaba del demonio.
Ahora esos dientes perfectos se convertían en colmillos, sus uñas desgarraban la tela de los guantes con el filo de estas y sus ojos brillaban con la luz de mil incendios; está era la apariencia más pura de un monstruo.

Eso marcaba el final de la pelea y esta vez el demonio no contendría.

Con cada golpe, patada y zarpazo que realizaba, el hombre caía al suelo al borde de lo más parecido a la muerte, un dolor comparable a la más cruel tortura.

S- quién lo diría, incluso los dioses de la muerte pueden sangrar como cualquier ser vivo -

El demonio lo disfrutaba, se notaba en el tono de su voz y en el furor de sus ojos su satisfacción, la sádica felicidad que le generaba el dolor del hombre.
Un ultimo golpe, solo eso bastaría para que el shinigami estuviera acabado, el demonio planeaba terminar de forma sublime. Lo tomo del cuello, lo elevó y antes de poder soltar él golpe final, este vio en su rostro lágrimas, este no era el rostro de su contrincante, era el de su pelirrojo :

G-Sebas...tian....-

El mayordomo horrorizado, soltó al shinigami y retrocedió, al momento de liberarlo aquel rostro retomo su verdadera apariencia. No permitiría que su rival viera el miedo en su expresión, el sudor en su frente y sus manos temblando; únicamente le dio la espalda.

S- que esto le sirva de advertencia, no quiero volver a verlo cerca de mi o de Grell de nuevo- mientras pronunciaba estás palabras retomaba el aspecto de mayordomo fiel.

El shinigami de cabellos negros tosía sangre al intentar hablar, su rostro magullado yacía sobré el suelo intentando con pura rabia levantar la mirada hacía el demonio, hasta que el agotamiento terminó venciendo lo.

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