Bestia

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A sus espaldas su atacante pronunció ésa única frase.

W- pero que desafortunado - era un shinigami de cabellos negros con una expresión de disgusto hacia el mayordomo.

S- me robo las palabras de la boca, Señor Spears -

El mayordomo no tenía el tiempo ni el ánimo de lidiar con aquél sujeto insoportable, en ese momento únicamente quería regresar a su actividad de hace unos momentos. No podía, no quería, ni pretendía perder de vista al pelirrojo.

S- tengo una tarea que cumplir y su sola presencia la complica de sobremanera, así que con su permiso - se desvaneció como una brisa helada, intentaría alejar la pela lo más posible del campo de visión del pelirrojo, quería poder hablar con el antes de lo inevitable.

E igual que el viento fue capaz de llegar a las afueras de la ciudad, con engaños haría pensar al Shinigami que lo estaba acorralado, pero lo único que quería Era estar lo suficientemente lejos del otro. Este  se detiene nuevamente por un ataque del contrario:

W- no puedo permitir que hagas lo que sea que estés haciendo, Demonio-

El Mayordomo tenía su mano en su pecho, eso le permitió lenta y discretamente acercar sus dedos hacia el interior de su saco para alcanzar sus cuchillos, ya en sus manos los lanzó hacia el shinigami, no con el objetivo de atacar, sino de distraer y poder esquivarlo.
El shinigami no podía dejar que el mayordomo escapará, respondió inmediatamente a su "ataque", continuaron la batalla hasta que por un descuido el shinigami perdió toda visibilidad:

W- mis lentes!-

El azabache aprovecho la distracción y regreso rápidamente la locación del pelirrojo.
Este aún se encontraba en el hospital, entro por una de las tantas ventanas del edificio y se dirigió hacia el último pasillo del área de maternidad, al final lo encontraría contemplado los cuneros.
Su mirada melancólica y la sonrisa de sus labios lo hacían ver cómo a una dama ahogada en anhelos imposibles.

S- alguno no sobrevivirá la noche? -

G- todos menos uno -

S- las crías humanas son sumamente impredecibles, para un demonio son comparables con cualquier cria de un animal salvaje -

G- Mmgh.. para mí simplemente son lindos - saco sus tijeras y únicamente con un sutil movimiento capturó el breve metraje de cinemática de uno de los niños dormidos
- y ... A qué debo el placer de esté tercer encuentro? -

S- pues, si me permite ser sincero me gustaría - su conversación fue interrumpida por un segundo ataque, este destrozaría el cristal de la ventana, creando un escándalo que despertaría a los infantes y alertaria al personal de edificio.

El mayordomo esquivo el ataque y tan rápido como la situación lo permitio se lanzó hacía pelirrojo; rodearia su torso con un solo brazo a la vez que levantaba sus piernas del suelo para salir huyendo lejos.

Aparecían y desaparecían de cada tejado que sus pies tocaban, quería evitar todo contacto con el segundo Shinigami, sin embargo la respuesta, la expresión y la intención del demonio con el pelirrojo le parecía totalmente ajena.
No entendía porque estaban escapando de su compañero de trabajo y por qué este los perseguía.

G- ALTO! -

Esa única palabra fue como una orden directa.
No tardaría en cumplirla, pues encontraría el lugar ideal para ocultar sé, dentro de una de las tantas torres campanario de una iglesia.

G- Qué significa esto?! Qué fue lo que acaba de pasar?!

La respiración de ambos era agitada, hacia eco, golpeaba en las paredes. El Shinigami apartaría por un momento la vista, giraría a ver la ciudad, veía directamente a la luz de la luna, el viento movía sus cabellos y lo convertía en la más peligrosa flor de pétalos carmesí.

El demonio que permanecía frente a él se encontraba petrificado por la hermosa escena, se suponía que debía arrancar cada uno de sus pétalos, se supone que lastimarlo era su prioridad, pero como podría?

S-Grell-

El pelirrojo volteo y al encontrarse cara a cara con el azabache, esté se dirigió  hacia a su cuello directamente y lo abrazo.

G- no he dejado de pensar en ti -

Esté se sentía como un inútil y también estaba enojado, desobedecer a su amo sería una enorme falta en su contrato y tenía una marca en su mano que se lo recordaba; el Demonio solo pensaba en una sola cosa en ese momento.

G- pasa algo? Sebastian? -

Lo tomaría por ambos hombros, juntaría su cuerpo contra una de las paredes y uniría sus labios con los suyos.
El solo pensaba en sentir su cuerpo junto al suyo, tenerlo entré sus manos.
Aquellas manos recorrían y pasaban por su cadera, espalda, pecho, piernas, cada roce de su dedos aceleraba sus pulsaciones.

G- Sebastian! Tran...quilo, no podríamos siquiera ir a alguna habitación- sentir como sus manos jugaban con su cuerpo tan súbitamente le asustó - ah!~ qué te... Ocurre?

S- no puedo separarme de ti - el demonio recorría cada centímetro de la piel de sus piernas con uñas, se divertía con su boca y cuello entero, a la vez que devoraba cada palabra que pronunciaba el Shinigami.

G-Ahh! ~
El pelirrojo era un manojo de emociones e ideas inverosímil - yo ... Yo tampoco quiero separarme de ti ~

Al final sucumbiria al enorme placer y estimulación que le regalaba el demonio.
Ambos no podían ni querían detenerse, ambos querían seguir disfrutando del cuerpo del contrarío.

Sin embargo aún no estaban fuera de peligro, fueron interrumpidos nuevamente por la presencia del otro shinigami:

W- esto es inaceptable, Grell Sutcliff haga el favor de retirarse y continuar con sus tareas de la noche, yo me encargaré de lidiar con el demonio -

G-Will?!-

Los había encontrado abrazados el uno del otro, pero al momento de escuchar la voz con tono de angustia del pelirrojo, el mayordomo se reincorporo:

W- entonces era está tu tarea?  maldita bestia-

S-pensé que después de la primera pelea, sería mas sensato y me evitaría en lugar de perseguir a una bestia como yo-

Del mayordomo y el shinigami solo emanaba odio, solo esperaban el ataque del contrario, analizando
preparando su siguiente movimiento:

W- Grell Sutcliff, aléjese inmediatamente-

G- qué?!..pero

S- haga caso a su superior, solo alejese, yo te encontraré -

G- qué estás

W-Grell Sutcliff! Le repito, aún tiene una larga lista de cinemáticas que debe recolectar, no es momento de socializar con bestias -

El pelirrojo no toleraría ni un insulto más, se colocó justo en frente del demonio :

G- ya basta, no voy a dejar que sigas insultando a este hombre, él no es ninguna bestia-

W- tch..-

S-Grell...? -

El mayordomo elevó al pelirrojo desde la parte trasera de sus piernas y como si de una dama se tratara lo cargo con ambos brazos.

G- ah! Sebastian! qué?-

Se acerco a su oído y susurro.

S-te prometo que volveremos a estar juntos-

Lo último que haría antes de volver a desvanecerse con el viento sería juntar sus labios frente al de cabello negro y lentes, únicamente para buscar su fastidio.
Este solo los veía asombrado, y con toda su furia soltó el primer ataque.

Y como si fuera un acto de magia, ambos desaparecieron en buscar un lugar seguro.
El mayordomo lo encontraría al instante, en ese momento pudo bajar al pelirrojo, estaban lo suficientemente lejos, no había personas en lo cercano y daba toda la esencia del lugar ideal para su reencuentro. Se detuvo en cierta sección de un parque, específicamente en la que estaba un pequeño lago y un puente.

S-espérame aquí-

Después de dejar al pelirrojo en el puente se dirigió de regreso al lugar donde estaba el otro shinigami, para continuar con la batalla.

PELIRROJO Where stories live. Discover now