Palabras Lindas

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G- es una hermosa noche-

S- por supuesto, pero no tan hermosa como usted -

G- Sebas~

Sus palabras lo emocionaban, ambos se vieron rodeados de arbustos de flores carmesí y luz de luna.

G- sabes, si sigues diciendo cosas tan lindas creo que voy a empezar a creerte Mayordomo - 

S- pues aquí le tengo una última, Grell Sutcliff me concede está pieza?-

G- Aw~ Sebas ¿te golpeé muy fuerte hacé rato? ¿O es que no sabes que para algo así se necesita musica?- el pelirrojo giro la vista, evitando la de él, sin embargo de reojo se podía ver el sonrojo y la emoción de este ante tal propuesta.

S- pues no creo necesitarla- el demonio, con confianza en la mirada se acerco lentamente al shinigami, lo sujeto de la cintura elevandolo de su asiento, pasó sus manos por todo el contorno de su rostro deteniéndose en su mentón y se detuvo hasta estar sus labios rozando los suyos.

G- esto es un sueño?-

S- en casó de que lo sea, convirtamoslo en el mejor de los sueños-

El mayordomo guiaría al pelirrojo hacia el centro del jardín, comenzarían lento, dibujando un cuadro entre la hierba. Seguirían el compás del otro a tal punto que ambos harían girar al otro, entre rozes, vueltas e incontables sonrisas musica empezó a envolverlos, el sonido de un valz perfecto invadía el jardín.

La pieza inevitablemente llegaría a su final y que mejor desenlace para un baile entre ambos que terminar con un beso; el demonio tenía al shinigami completamente inmerso entré sus brazos y este le correspondía indudablemente. Ambos alargaron el beso con cada rose de sus cuerpos. Lo único capaz de romper el contacto entre ambos, sería la falta de aire.

S- quiero conocer cada parte de ti, inclusive aquellas que nunca han visto la luz -

G- Sebastian

Las expresiones del demonio se volvían más atrevidas, y al mismo tiempo continuaba besando al hermoso shinigami, paseaba con sus labios por todo su rostro hasta el cuello del pelirrojo.
Esto tenía al dios de la muerte totalmente enajenado, hasta el punto de tomar la iniciativa, sujetar al demonio del rostro e iniciar un segundo beso y mientras el shinigami tomaba posesión de las fauces del demonio, este intentaría hacer lo mismo con sus piernas.

G- ahh~ Sebastian! A una dama no se le puedes tratar como una cualquiera-

S- perdone mi atrevimiento, pero usted es quien me tiene a su entera merced y no puedo evitar el querer poseer cada parte suya -

G- Sebastian Michaelis -

S- Se lo pediré de otra forma, Podria permitirme sobrepasar los límites de su cuerpo -

El pelirrojo estaba ansioso con cada palabra que salía de la boca del demonio a tal punto de contestar, no con palabras, si no con la acción de sus manos guiando al contrario por toda la extensión de su físico y este se dejó guiar.
Grell lo conducía desdé su cuello,
pecho, hasta la punta de sus dedos, fue hasta que él mismo llevará aquellas manos aterciopeladas hacia la parte trasera de su piernas. El contrario recibiría la indirecta, para después elevarlo de la superficie y entrelazar sus piernas en sus caderas.
Acomodando el peso entero del Shinigami en la mesa al centro del jardín, se abriría paso entré las pocas prendas que cubrían el pecho del pelirrojo, el olor de su piel era el mismo que el de las flores que los rodean y su sabor era penetrante; el demonio tenía la sensación de un perfume en su lengua con cada roze.

Estaba desesperado, teniendo al shinigami en brazos lo llevo a la casa para entrar con él a una de las habitaciones de la pequeña mansión.

PELIRROJO Where stories live. Discover now