•Capitulo 12•

37 31 16
                                    

Emma/Harry

Luego de ese inesperado encuentro con aquella entidad, la cual aún desconocía, Emma decide callarse, porque sabe que es muy posible, que Harry trate de influir para que busquen ayuda, al menos eso es lo que ella cree. Esa noche tampoco había dormido, no luego de todo lo que había visto, ese lugar no era común y aunque intentara ignorarlo, no podría hacerlo, después de todo, no era la única en aquella situación.

—¡Emma! —Harry grita su nombre de repente y ella se gira, había tratado de evitarlo todo el día.

—Harry—pronuncia ella sin ganas.

—¿por que me evitas? —suelta sin rodeos el, dejándola un poco nerviosa a ella.

—No se de que hablas.

—claro que sabes Emma, llevas todo el día lejos y cada que me acercó, simplemente te vas.

No hay respuesta y en cambio, Emma solo muerde su mejilla interna con algo de nervios, no podía inventar una excusa valida ahora, abraza sus libros contra si y mira al suelo aún sin decir nada.

—Si quieres que no volvamos a hablar, esta bien, solo dimelo—el chico mira a otro lado y relame sus labios ansioso. Algo dentro de el, esperaba que esa no fuera la respuesta.

—No, eso no es. Es solo que no he dormido bien y me cuesta concentrarme, es todo—responde por fin Emma sabiendo bien, que esa no es la verdad.

—Haré como que te creo.

Emma solo asiente y trata de sonreír—¿podemos seguir... Caminando, por favor?

—Claro, vámonos.

Emma gira y vuelve a caminar, aún estaba algo intranquila, pero trataba de no pensar en eso. Un par de minutos más y, ya se encontraba una vez más, en el gran comedor del lugar.

Mientras Emma seguía caminando, Harry no se sentía bien, el sabía que algo diferente estaba en su ser, que no era normal del todo, pero nadie más que el lo sabía. Su caminar freno y con la mirada recorrió el lugar al igual que a las personas del mismo, su vista se torno borrosa de repente y ya le costaba reconocer rostros, ahora todo era blanco y negro y quedarse ahí congelado no ayudaba, no sabía que estaba pasando. Entonces, rojo, manchas rojas por todos lados que se vuelven siluetas. Trata de caminar, pero le es un poco imposible, así que trata de enfocar las siluetas rojas que ve, se queda en una silueta fija, estira un poco el cuello, pero no logra reconocer aún nada.

Vuelve a girar la vista, no hay más siluetas rojas, solo queda una y aún no puede acercarse. Se frustra y su seño se frunce, hace esfuerzo y da un paso, pero realmente se siente pesado, da otro par de pasos, cada vez parece costar más, un último paso y su cuerpo se sacude de forma violenta, sacándolo de transe.

—¡Harry! ¡Harry! —la voz de Emma se empieza a escuchar lejana, pero el solo no quita la vista de la silueta roja— ¡Harry! ¡Harry! ¡Harry! —cada vez su nombre se escucha más fuerte, hasta que vuelve a la realidad, donde su vista vuelve a la normalidad.

—¿Que pasa? —pregunta sin girar los ojos a otro lado.

—Harry, has estado 5 minutos ahí parado, viendo a la nada.

—Lo siento... —dice sin mucha importancia y aprovechando que ya no siente el peso en su cuerpo, camina hacia donde su vista apunta.

Emma lo mira extraño, pero decide seguirlo, se acercan a una mesa y Harry enfoca sus ojos en otro par azules, ojos azules brillantes que lo hacen frenar rápidamente, el contacto visual le da un dolor de cabeza por lo que debe desviar la mirada.

—¿Harry? ¿Sucede algo? —la voz de Emma hace que la mire.

—nada, vámonos—toma una dirección diferente a otra mesa. Algo le hace querer voltear pero lo evita, no quería mirar, no quería volver a sentir ese dolor mental.

—¿seguro que esta todo bien? —pregunta Emma en cuanto se sientan a comer.

—Si, no es nada... Es solo que, me sentí extraño, pero ya paso, no te preocupes—mira un tanto de reojo a la mesa de donde venian.

—Bueno, pues si estuviste raro, llevabas 5 minutos mirando a la mesa de las gemelas—explica Emma.

El mira extrañado ante lo que escucha y para confirmar, mira de nuevo a la mesa, tenía razón, era la mesa de las hermanas, justo como Emma le estaba diciendo.

—Ah, pues... Nose, fue de forma inconsiente—se encoge de hombros y trata de evadir el tema.

•••

Todo el día había quedado en silencio, Harry trataba de explicarse que era lo que había ocurrido, sabía que su vista se nublaba y que era parte de su naturaleza, desde que tenía memoria, pero nunca había pasado por ver manchas de siluetas.

Se frota la cabeza frustrado y deja su lápiz sobre el cuaderno para levantarse, mira por la ventana, es un poco tarde pero no tanto para que la noche llegue. Toma una chaqueta y se la pone, sale de la habitación divisando los pasillos solitarios.

Iba a la biblioteca, quizá si buscaba algo sabría que fue lo que pasó, camina rápido hasta llegar a su destino, cuando entra todo queda en silencio, ni un susurro se oye, nadie pasaba mucho por ahí, camina con la tenue luz del lugar y busca algo que pueda ayudarle, traza un camino por las pastas de los libros con sus dedos, pero es interrupido, por un ruido del lugar. Busca de donde viene para saber con quien se acompaña, cada vez más cerca, logra escuchar los susurros de alguien.

Camina un poco más despacio, hasta que se detiene por un golpe sobre la mesa.

—Maravilloso, ¿no crees? —la voz parece ser con sarcasmo.

—No pensé que lo haría.

—Claro que no pensaste, eso está más que claro y, ahora tendrás que ver como arreglar todo. Si resulta que ella es... La esencia, tendremos muchos problemas ¡Yo tendré problemas! —otro fuerte golpe en la mesa.

—Tratare de arreglarlo señora— una voz masculina habla por primera vez.

—Más vale que lo hagan, de lo contrario, los hundire conmigo—otro golpe, Harry prefiere alejarse pero al hacerlo, uno de los libros hace ruido y las voces se callan.

—Alguien nos ha oído, ¡busquen quien es! —demanda la voz mayor.

Harry se agacha y se abraza, escondido, logra evadir a los buscadores, aun sin saber, exactamente de quien se trataba, sintiendo el mismo dolor que en la mañana.

••••••••••••••••••••••••••••••••••••••
Vale, vale, ya se que me he ausentado mucho, pero vamos, he Estado con mis otras historias y así. Bueno lo que importa es que volví.

Dato:
•Harry puede desaparecer, cada vez que se agacha y se hace bolita, desaparece y no es visible para nadie que no sea de su especie.

Les dejo la imagen de Harry en multimedia.

Leiden: El internado || EDITANDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora