•Capitulo 22•

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... 31 octubre 1666...

La Luna Roja, o como les gusta llamarla, Luna de sangre.

Para los humanos comunes, es un cambio único cada cierto tiempo, para ser más exactos cada cierra cantidad de años, ellos creen que es fascinante, que es algo excepcional. No se equivocan, es algo único, pero realmente no es algo científico, ellos tienen esa ciencia de que esto ocurre porque bueno... Marte, el planeta rojo, pasa por la Luna y el reflejo la hace ver roja.

Pero no es así, la Luna roja es un alto peligro si no estas en el lugar correcto. Si ignoramos la parte mágica, parece algo inofensivo y, no lo es.

Cada Luna de sangre, se hace un sacrificio uno en donde... Se sacrifican vidas, pueden ser llamadas sectas satánicas, o quizá solo bobadas de los ancianos viejos que cuentan historias. Cada quien cree que lo que quiere... Pero el problema va cuando el límite de lo que crees, te vuelve loco.

—Un corazón inocente... —susurra— Un corazón valiente... —mira de nuevo el libro— las lágrimas de quien tiene en su ser un profundo dolor... Y... —una parte de la hoja falta, esto hace que exaspere molesta.

—Dejalo, son solo tonterías...

—No, no lo son. Este hechizo es el único capaz de...

De hacer que este lugar se destruya y entonces podamos salir de aquí. Lo repites cada noche—se sienta al lado de aquella desesperada chica—No creo que eso sea posible y además... Falta un ingrediente más, uno que jamás descubriremos. Es una condena. Será mejor que lo olvides...

—¡No! —se levanta un poco desesperada— No podemos quedarnos aquí—murmura y se tira en su cama como todas las noches, a llorar de nuevo.

—Aitana... Dejalo, se que quieres salir, se que... No es un buen lugar pero, quizá podamos sobrevivir.

—No. Aquí no. Es imposible. Ana, no quiero pasar el resto de mi vida aquí... No quiero...

Ambas miran el libro que reposa en el suelo, su única salida y el último ingrediente. Aitana se había esmerado en conseguir la traducción de cada palabra de aquel libro para fracasar de repente. Se negaba a admitir que no podrían salir del lugar.

—Vamos Aitana. Será mejor que descanses. Apenas si has dormido estos días... —acaricia su espalda.

—Tengo que encontrar esa parte Ana... —solloza y Ana solo es capaz de mirar una vez más, la página rota que contiene aquellos ingredientes.

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—y en la página 168, verán la historia de este lugar. Son realmente más de 600 páginas, tienen... —mira su reloj y el calendario — bien, tienen lo que queda de la semana.

La alarma suena y la clase de historia termina. En silencio todos guardan sus cosas, incluyendo la maestra.

La puerta se abre y cada uno sale por allí, a diferencia del resto de las clases, esa no era perturbadora, era más, tranquila y una de las únicas que sin duda era segura.

—Violett de nuevo no entró a clases—se queja Keyla saliendo de clases para encontrarse con su hermana.

—Bueno, si sigue así, no sólo reprobara. También dejara de asistir a sus ridículos eventos.

—Vanette... Deberías hablar con ella—en ese momento es interrumpida por Tahiel.

—Lo siento Key, pero tengo que hablar con tú hermana...

—Claro.—acomoda sus lentes y suspira.

—Te veré en la cafetería ¿bien? —Keyla asiente y camina por el pasillo.

—¿Que quieres?

—Descubrí algo... Pero Ágatha no debe oirnos—toma su mano y desaparece junto a ella en una nube de humo que los lleva a la blioteca.

Tahiel no dice nada y solo camina por los libreros, mira a los lados y al asegurarse de que no hay nadie. Toma uno de los libros más ocultos en la estantería y lo pone sobre una de las mesas.

—Este libro, contiene algunos hechizos para todo... Pero uno en especial, te saca de este lugar —pasa las páginas sin despegar su vista de las letras que pasan, hasta encontrar lo que busca, un pedazo roto y suelto.

—¿De que hablas? —mira el pedazo de papel que tenía escrita solo una frase. "Sangre del más oscuro corazón siendo manipulado"

si te fijas el pedazo no es de la página pero... La página dice su significado—señala con el índice dejando leer lo que dice: "Un corazón oscuro, aquel que se deja gobernar por una inmensa niebla, pero que a su vez, tenga una manipulación... Pues esta persona, es la única que puede adquirir el corazón aún latente"

Ambos se miran, la expresión de Vanette entonces cambia.

—¿hay forma de escapar?

—Eso parece...

Un ruido cercano de pasos, hacen que Tahiel cierre el libro con rapidez y lo regrese a su lugar, al tiempo que Vanette trate de guardar la hoja en su bolsillo, lo más rápido que se le permita. Se quedan totalmente quietos y miran con atención los títulos de cada libro para no levantar sospechas.

—Ah... Señorita... Tahiel—Christian aparece frente a ellos, con las manos detrás de su espalda.

—Profesor... —Tahiel mira a Vanette.

Christian mira su reloj— Es un poco tarde ¿no deberían estar en sus habitaciones?

—Solo veníamos a buscar un libro... Historia, eso era. Es de la maestra Ana.

Él solo asiente mirando los estantes a su costados.

—Pues me temo que... Deberá ser otro día. Regresen a sus habitaciones—los mira de nuevo.

Ellos solo asienten y Tahiel toma la mano de Vanette para llevarla hacia la salida. Camina por el pasillo, todo en silencio con temor a que quizá descubran lo que están planeando.

Tahiel deja a Vanette por el pasillo de su habitación y se retira mientras ella sigue caminando. Todo está en silencio y el camino a la puerta parece ser eterno, siente una gran tensión y una mirada que penetra en su espalda.

Se gira con algo de brusquedad, sospechando de quien se trata: Christian.

—¿Necesita algo? —retrocede cada vez más rápido para llegar a su habitación.

—Bueno. Resulta... Que hace hambre en las noches y... A esta hora. No se encuentra mucha comida—avanza sin prisa hacia ella.

Sin saber que Ágatha tiene ojos en todos lados y no le iba a gustar, cuando se entere de que no ha marcado a la chica y aún peor... Que continúa tomando solo de su alimento.

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    *Procede a Tomar cafecito*

En fin...

Dato curioso:
Ana es la única maestra en el lugar.

Les dejo a Ana, en multimedia.

Ana— Ana de armas (irónico lose)

—𝓹𝓪𝓸

Leiden: El internado || EDITANDOKde žijí příběhy. Začni objevovat