¢Capitulo 24¢

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Emma/Harry

Hacia ya más de un par de semanas que ninguno de los dos se hablaba, ella porque sabía que lo que había hecho y dicho, lo había lastimado mucjo y él, porque aún no podía perdonarle cada palabra.

Se cruzaban por pasillos, por escaleras y quizá tenían algunas clases juntos, pero era como si nunca hubiesen hablado, pues al salir de clases, Harry siempre caminaba rápidamente hacia otro de los salones en donde se sentaba en frente a esperar a Keyla y a Violett.

Ese día claro, no era la excepción y a pesar de que a veces tenía algún impulso de hablar con Emma, lo evitaba gracias a su orgullo. Esperaba a que la clase acabará pronto y poder ir a buscar a sus nuevas amigas. No las había visto en todo el día y no quería estar solo, no de nuevo.

La campana no tardo en sonar y todos guardaban sus cosas para salir, Harry igual que los demás salió del lugar apenas estuvo listo. Camino por los pasillos sin mucho afán y llegó hasta el salón de clases siguiente, como siempre se quedó sentado a esperar y mirando la puerta del lugar.

Emma lo había seguido, no porque tuviera esa intención, más bien, quería ser capaz de hablar con él y pedirle perdón una vez más para recuperar a su amigo. Se acercó con cautela pero freno en seco en cuanto Violett salió y se encontró con él, lista para dar la vuelta y regresar cierra los ojos y gira sobre eje.

-Pensé que estaba contigo-la voz de Violett que tenía un tono algo preocupado, la hace frenar.

-No, no la he visto en todo el día y tampoco ha estado con Vanette, pensé que estaba en clase-Harry mira a su alrededor como si buscara algo o a alguien.

-No. En todo el día, no llegó a las clases y Vanette tampoco sabe de ella. ¿Crees que le pasó algo?

Un silencio gobierna en el pasillo, Emma sabe que se refiere a Keyla, después de todo es con la única que no se ha visto, olvida el que esta allí escuchando y se decide por seguir caminando, sigue de día así que estar en las afueras del lugar no era una mala opción.

Baja las escaleras y camina con la vista en el suelo, deja de ver las baldosas y ahora un frondoso césped verde inunda su vista. Sigue caminando hasta llegar a un árbol uno de los tantos.

Suspira fuertemente y se deja resbalar de espaldas al tronco hasta el suelo. Mira a su alrededor, no es que este lleno de gente pero tampoco está solo. No lee, no es algo que le guste desde que llegó a ese lugar, mejor, mira los detalles de todo, es algo que podría servirle en algún momento.

Viaja su vista por algunos rincones hasta que uno en general, llama su atención, era como un pasadizo, pero se veía estrecho, oscuro y un buen lugar para esconderse.

Se levanta del suelo y sin quitarle la vista a el estrecho pero curioso lugar, camina hasta el. Apenas llega a lo que parecía ser la entrada, se da cuenta de que es un poco más estrecha de lo que parece, pero aún así, su contextura delgada, la dejaba pasar casi a la perfección por esta. Lo piensa un momento y mira a su alrededor, nadie parece estar interesado en lo que hace y así es mejor.

Gira la vista hacia dentro del estrecho pasadizo y aunque no ve nada, avanza con mucho cuidado, no quería llamar la atención de animales o personas, o lo que sea que se encontrará en ese lugar.

Avanza unos metros y sus pasos empiezan a crear un pequeño eco por el lugar, sigue caminando hasta que ve una pequeña luz que la hace avanzar con cuidado hasta ella, la luz, provenía de otra habitación una que al parecer, quedaba mucho más abajo de lo que ella estaba.

Logra agacharse un poco para ver, desde la altura en la que estaba, podía ver toda la habitación y lo que había en ella. Repaso toda esta con la vista hasta llegar específicamente al medio de toda la habitación donde para su sorpresa, se encontró con Keyla y con uno de los tantos maestros que había en el lugar.

Se quedó inmóvil, viendo a la chica, no traía sus lentes y esto la hacia más parecida a su hermana, cualquiera podría confundirse ahora, se veía pálida y débil, su voz apenas si se escuchaba de lo débil que estaba. Sus pequeñas súplicas porque pararan la tortura que le estaba haciendo en el cuerpo no se oían a menos que estuviese muy concentrada en escuchar su voz. Más bien, lo que más se escuchaba en el lugar, eran sus sollozos, que aunque también eran débiles, era el sonido más fuerte que podía emitir.

Emma sintió como su aliento se iba cuando vio por fin que estaba pasando, en una mesita justo al lado de la silla donde estaba inmóvil Keyla, parecía haber más de un instrumento de cirugía, cosa que estaba segura, no estaba siendo usada para los fines que se debían. Entre todo esto, habian dos jeringas, no muy grandes pero tampoco tan pequeñas, más bien medianas.

El maestro, no podía reconocerlo, tenía el rostro cubierto por un cubrebocas negro y el cuerpo vestido con una batalla del mismo color.

Apenas podía parpadear con la escena. El maestro tomaba la jeringa y preparaba lo que parecía ser un contenedor de color transparente, allí mismo, enterraba la aguja en el brazo de la chica y dejaba que la sangre fuera hasta llegar al contenedor, el proceso lo hacía con los dos brazos y las dos jeringas, eso explicaba porque Keyla estaba tan débil y tan pálida.

Emma logró reaccionar en cuanto observo como uno de los contenedores ya estaba lleno del líquido carmesí, retrocedió con espanto y en cuento estuvo cerca de la salida respiro con dificultad y tapó su boca conteniendo un quejido y las ganas de llorar.

Salió gateando por el estrecho lugar y se puso de pie corriendo al instante, sus piernas temblaban y tenía que pudiera caerse. Subió las escaleras y buscó de una manera desesperada a Harry, al verlo por el pasillo preguntando por Keyla, corrió hacia él y en cuanto llegó sintió como casi cae al suelo de no ser porque él la sostuvo con los brazos.

-¡Harry!... ¡Keyla! -las lágrimas amenazaron con salir y un nudo se formó en su garganta.

-¡¿Keyla?! ¡¿Sabes donde está?! -Harry la ayudó a sentarse y a respirar.

Emma asintió con manos temblorosas.

-¡¿Donde?!

-Ella... Ella, la tiene un maestro y... ¡Oh por Dios! ¡La esta desangrando y... -siente náuseas al recordar todo y su cuerpo se inclina.

-¡muestrame donde esta Emma!

Emma señala afuera con el dedo tembloroso y sabe que Harry no podría entender mucho, así que se levanta y lo jala hasta el lugar, en donde Harry por igual, entra al estrecho pasillo y observa lo que pasa, busca la manera de entrar y en cuento sabe donde esta, sale del lugar y se dirije a la entrada de donde esta Keyla, para salvarla.

.・。.・゜✭・.・✫・゜・。.
Meno, meno.

Aquí otro capítulo si que siiiii.

En fin.

Les dejo a Key en multimedia.

Dato:
- Hoy no hay dato xD

En fin, hasta la próximaaaaa.

Leiden: El internado || EDITANDOWhere stories live. Discover now