XII

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Katsuki había llegado a su casa, exhausto y casi desesperado por dormir. La tarde se había hecho eterna y necesitaba hablar con su madre sobre lo que le estaba sucediendo. Odiaba ser un patético omega.

— Joder, vieja.. ¡No me saco de la maldita cabeza a ese estúpido mocoso de mierda! — le gritó exasperado. Mitsuki casi le reclamaba a su hijo por sus gritos pero al ver su rostro afligido y preocupado suspiró casi automático y tranquila lo llamó hasta ella, tal como si fuera un cachorro de meses.

— Calmate, hijo.. Ven aquí. — el rubio fue hasta donde su mamá y sintió las leves feromonas dulces que lo mantenían calmo y casi dormido. Sintió como su madre lo arrulló en sus brazos como si fuera un bebé. Katsuki no le importó que se sintiera tan mimado, a su omega le gustaba y eso estaba bien.

— Dime que sucedió.. — escuchaba la dulce voz que su mamá emitía, mientras sentía una mano acariciar sus hebras cenizas.

— No dejo de pensar el tonto de Deku.

Mitsuki sonreía con cada palabra que decía su hijo, sabía que en cualquier momento se sentiría así.

— No veo el problema, mi amor.. — volvió a decir suavemente. — ¿Acaso no te agrada Izuku?

Katsuki sintió su cuerpo retumbar y su cabeza empezaba a proyectar a ese niño peliverde nuevamente, y es que no le odiaba realmente solo que no se sentía cómodo y no entendía muy bien que significaban algunas cosas.

— ¡¿Por qué pienso tanto en él?! — dijo desesperado sin soltarse de su madre.

— Quizás porque es tu destinado, Katsuki...

El rubio abrió los ojos grandes. Sin creer lo que su mamá le decía, se soltó de sus brazos y empezó a negar frenéticamente con la cabeza.

— Imposible.. Es un jodido mocoso de casi once años. — abría cada vez más sus ojos.

— Eso no quita que puedan estar juntos y entablar un lazo.. — respondió simple la rubia. — Además, Izuku no parece ser el tipo de alfa egocéntrico y desalmado.

Katsuki dio un respingo en su lugar, intentando inútilmente alejarse de su mamá. No podía ser eso, él jamás se interesaría por un alfa menor que él por casi 6 años. Su cabeza terca y desorbitada solo le decía lo muy fructuoso que sería rechazar a toda costa a ese niño, que probablemente, sí sería un alfa.

Sin darle tanta bola al asunto, el rubio cambió drásticamente de tema. No quería seguir hablando del innombrable.

— Una estúpida beta hoy me dijo algo por culpa de un alfa.— Katsuki volvió a abrir la boca. No sé quedaría con la duda.

— ¿Te gusta otro alfa y aparte comprometido? — preguntó sorprendida Mitsuki. — Katsuki, sabes que no..

— ¡Qué no me gusta, joder! Solo una beta idiota me dijo eso, aún no lo entiendo..

La rubia mayor lo quedaba viendo expectante y con una ceja alzada. Su hijo no le estaba contando las cosas como eran.

— ¿Y qué te dijo?

— Que me alejará de los alfas y que andaba de puto gratis por ahí..

— ¿Y eso es verdad? — a la mujer le preocupó demasiado eso, no tenía idea de las actitudes de su hijo dentro de la escuela.

— ¡Claro que no, vieja bruja! — le gritó indignado y con clara repugnancia. Sin más, el omega rubio se fue de ahí a paso rápido, dando pisadas fuertes directo a su habitación.

Mitsuki ahora entendía porqué "Deku" había llegado a la cabeza de su hijo en un momento como ese, solo que no esperaba ser tan pronto y en un chico que aún no se autoproclamaba como tal. Tenía que dejar que las cosas fluyeran a su manera.

(...)

Inko se encontraba acostada en una silla de tensión leyendo una revista, mientras bebía un jugo de manzana. Ese día se había tomado la molestia de no hacer más nada que relajarse, su celo estaba por venir y necesitaba mantenerse lo más calmada posible para no entrar en desesperación en busca de algún alfa.

Sintió la leve sensación de su hijo correr por ahí, y abrió los ojos pero no estaba. Supuso entonces que era solo su imaginación gastándole una pequeña broma. Con cuidado se sentó y sorbió el poco de bebida que le quedaba en el vaso y fue hasta la habitación de su cachorro.

Al llegar notó que su hijo estaba encerrado con seguro y eso le generó ciertas dudas. Izuku no solía estar metido en su habitación restringiendole el permiso a la única persona que estaba con él en casa, su madre. Sin más, la peliverde empezó a tocar suavemente esperando a ser atendida.

— Izuku, hijo.. ¿Estás bien?

No pasó mucho cuando la adulta escuchó pasos lentos llegar hasta la puerta desde el otro lado. Su preocupación aumentó cuando el niño no abrió.

— Abre la puerta, Izu.. ¿Qué sucede?

— Mamá huele raro, no me gusta.

Entonces, Inko entendió a lo que se refería su hijo. Quizás aún era muy pequeño pero eso no quería decir que no tendría sus fases como alfa y obviamente su libido aumentaría. Era muy bueno saber que al menos el cachorro aún veía a su madre como tal y no como una omega.












Supongo que.. necesito disculparme por la tardanza y así, es que.. ando con mi vida y problemas de adulto:(

Hago mi mayor esfuerzo por no decaer, así que a lo q tenga tiempito de new sigo escribiendo y publicando seguidito. Los quiero mucho!

MI PEQUEÑO ALFA. [DEKUBAKU]Where stories live. Discover now