XXIV

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Había despertado temprano por la mañana y después de hacer su aseo matutino, fue directo a la cocina a prepararse un café cargado para espabilarse. Cuando llegó se sorprendió al no ver café por ningún lado, ¿Había gente que no tomaba café por las mañanas? Se cuestionó mientras tomaba su cartera y las llaves de la casa para irse al supermercado más cercano que le quedaba por ahí.

Bakugo recorría las góndolas del lugar buscando café y otros ingredientes para el desayuno/almuerzo de ese día, miraba con detenimiento cada cosa y leía la tabla de carbohidratos de cada alimento; al dar la vuelta en un pasillo se quedó pasmado en el mismo sitio mientras tragaba su saliva con dificultad. Frente a él, sosteniendo diferentes tipos de arroz, estaba Deku. Más alto, grande, fornido, su mirada era aún más intensa pero seguía siendo dócil, a pesar de los años, tenía los mismo rasgos de cuando era un niño.

Automáticamente su cuerpo se tensó y sus ojos felinos se volvieron más rasgados y duros, todos esos malditos recuerdos que intentó borrar de su memoria volvían golpeándolo sin piedad. Estaba a punto de lanzarse arriba de el chico y atacar directamente a su yugular, punzante y activa, tenía pensamientos totalmente territoriales. Se sentía amenazado, e Izuku aún en estado de estupefacción sintió esa tensión que emanaba el cuerpo del rubio.

"Kacchan" un susurro lleno de anhelo se escuchó en el pasillo. Dolía, al alfa le dolía ver a su omega así. Él lo sabía, estaba al tanto de que siempre fue suyo y sin embargo, no hizo nada para merecerlo. No lo merecía. El rubio lo odiaba, podía ver esa mirada llena de odio, de rencor. Sus ojos se volvieron acuosos cuando vió como Katsuki se escapa de sus manos nuevamente. "Kacchan, so-solo un momento por favor..." La voz rasposa del peliverde se volvió a oír en ese pasillo vacío, pero en ningún momento el otro volteó a siquiera mirarlo.

"Sé que me odias por todo lo que pasó, pero por favor, solo te pido una oportunidad.." volvió a decir ésta vez más alto llamando la atención de algunas personas que caminaban en los demás pasillos. Katsuki detuvo su caminar y un sollozo se escuchó después de girar sobre sus talones. "¿Tienes las santas bolas de seguirme para decir eso?", el rubio empezó a negar mientras intentaba con rabia limpiar sus lágrimas. "Tú y tu familia, Deku. Ustedes acabaron con todo. Todo. ¡¿Y vienes a siquiera pedir una oportunidad?!, una risa rota y opacada por el llanto se escuchó después de esas palabras.

"No me vuelvas a dirigir la maldita palabra" dijo mientras levantaba la cabeza y lo señalaba con dedos temblorosos. "Ojalá no te hubiera conocido nunca, nunca.." y Katsuki como pudo salió rápidamente de ahí, siendo observado por varios pares de ojos. Ojos que escudriñaban a Izuku de pies a cabeza, quien lloraba desconsoladamente en el pasillo de un supermercado.




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Kirishima estaba atento a la emisora de radio, escuchando la suave música de esa mañana. Tenía la mirada perdida intentando no entrar en un colapso por no haber ingerido su taza de café como de costumbre solo porque había olvidado comprar una nueva bolsita de esa bebida adictiva. Suspiró profundamente, y se sentó en el cómodo sofá hasta que un fuerte estruendo en su puerta lo hizo saltar en su sitio. Con cautela se acercó a dicho lugar, dispuesto a saber que era lo que estaba pasando. Su sorpresa fue grande cuando vio a Katsuki llorando mientras inútilmente trataba de abrir la puerta desde afuera.

Sus manos estaban golpeando con fuerza, se veía visiblemente afectado. A Kirishima juró sentir su corazón palpitar dolorosamente por no encontrar las otras llaves de respuestos, debido a la ansiedad que sentía en ese momento. Estaba aterrado y deseoso de saber que era lo que había sucedido para que su amigo estuviera tan mal. Después de haber maldecido en esos diez segundos que en toda su vida, encontró la llave y con eso, abrió la puerta.

"B-Blas..." Su voz se quedó en el aire cuando sintió unos brazos lo rodearon desesperadamente. Sentía como su camisa en su pecho se mojaba debido a las gruesas lágrimas saladas que salían de aquellos ojos rojos. "Dime qué sucede a-ahora, por favor.." tan pronto como soltó eso llegó a su lado Shoto, Inasa y su querido esposo Denki.

"Pensaba que eran ideas mías. Que el olor que el mitad-mitad traía impregnado en él ayer eran ideas mías.. Que me estaba volviendo loco.. pero lo he visto.." susurró tan rápido como pudo dejando a todos de piedra, sobretodo al bicolor que no cabía en su asombro. Todos y cada uno de los jóvenes ahí se mantuvieron en silencio mientras Eijiro todavía mantenía a su rubio amigo entre sus brazos, no pretendía soltarlo tampoco. Por lo que entendía, algún fantasma del pasado ha venido a atormentarle el presente a Bakugo.





...







Izuku llegó a su casa tan pronto como pudo y se echó en el largo sofá de su sala. Sus ojos no paraban de soltar gotas saladas que rodaban por todo su rostro y morían al final de su mandíbula hasta el suelo. Podía entenderlo, podía colocarse en sus zapatos y comprender lo difícil que tuvo que haber sido para Bakugo durante todos esos años pero no fue por su culpa. Lloró amargamente porque se sentía la copia exacta de su madre, como el vivo retrato de su persona, se asfixiaba contra el cojín del mueble mientras hipaba porque aunque no fue su culpa se siente tan miserable y culpable. Queriendo pagar los platos rotos de alguien más.

Aún en medio de todo el dolor que sentía y todo el silencio que lo embargaba en esa fría sala, se levantó. Como pudo se irguió y secó sus lágrimas. No podía echarse a morir por algo que se escapaba de sus manos totalmente, de algo que él no hizo, que él no pidió. Su madre ahora no se encontraba en ese plano terrenal para siquiera molestarse en reclamar, de nada serviría ponerse a buscar culpables.

Izuku respiró profundamente y tanteó su bolsillo buscando su celular. Tan rápido como pudo entró al mapa y empezó a registrar cuales fueron sus últimos lugares visitados, donde quedaba y a cuántos kilómetros se encontraba. El podía ser muy despistado a veces, sin embargo, ésta vez su cerebro carburó lo mejor que pudo y sonrió orgulloso por haber pensado en eso. Como alma en pena sale de su casa tomando su chaqueta de cuero y va rumbo en busca de lo que tanto estuvo esperando.

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⏰ Last updated: May 19 ⏰

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MI PEQUEÑO ALFA. [DEKUBAKU]Where stories live. Discover now