XVII

2.8K 372 70
                                    

Masaru iba llegando a su casa con una sonrisa cansada y sus ojos llenos de ojeras, se sentía muy mal ese día. Miró hacía arriba y notó que el bonito atardecer estaba totalmente lleno de nubarrones e intuyó que prontamente llovería. Suspiró sonoramente y se adentró a su hogar, no recibió esa tarde a Mitsuki como de costumbre y el ambiente estaba cargado de feromonas mezcladas, las de Katsuki eran las más sobresalientes. Supuso que había llegado un celo espontáneo o algo parecido.

Fue directo a la cocina pero antes de llegar un olor impregnado estaba allí, podría ser simplemente "feromonas de un omega en celo" pero ese no era el mismo olor que el de su hijo, y tampoco habían más omegas allí. Intuyó rápidamente que pudo haberse tratado de la madre de Izuku, ya que también olía a cachorro, uno alfa para él. Y se cuestionaba repetidas veces el porqué de Inko ir hasta su casa y sobretodo en celo. Tendría que preguntar más tarde.

Dejó sus cosas en la mesa de la sala y mientras quitaba su corbata, subió hasta la habitación que compartía con su esposa. Al entrar sintió nuevamente aquella esencia a lavanda pero un poco más leve, como casi inexistente pero allí estaba; era en su esposa. Vio como Mitsuki se acercaba a él y lo abrazaba con cariño pero al sentir el contacto físico su marca empezó a arder demasiado y su cuerpo simplemente reaccionó solo; y con fuerza empujó a su mujer lejos.

— ¡No te me acerques! — gritó desesperado mientras intentaba inútilmente calmar el ardor en su cuello y nuca. Miró la cara sorprendida de su esposa y luego volvió en sí. Estaba siendo dominado por su delta —alfa pasivo de un relación alfa-alfa— interno.

Tan pronto como sucedió eso, Katsuki salió corriendo de su habitación a ver que pasaba ya que su padre nunca solía gritar y al parecer estaba quejándose de algo. Se quedó quieto sin saber que hacer o que decir ya que no entendía porque la marca que tenía su padre estaba totalmente hinchada y roja. Algo estaba pasando desde temprano y él aún no lo sabía. Sintió una mano apretar su camisa desde su espalda y vio a Deku curioseando desde atrás, perdido al igual que él.

— Masaru.. amor... ¿Q-Qué su-sucede? — preguntó Mitsuki mientras intentaba acercarse a su esposo con cuidado. — Déjame revisarla, está muy fea; por favor.. — sus palabras salían en susurros inentendibles debido a que era presa del pánico en esos momentos.

— ¡A-Aléjate! Aléjate mujer mentirosa. — le dijo mientras le señalaba con su dedo índice y mantenía una postura defensiva. Típico en cualquier/a alfa u omega que se siente en peligro. Izuku dio un gruñido esta vez, no le gustaba lo que estaba diciendo Masaru. Katsuki solo arrugaba la cara ante tantas feromonas revueltas en el ambiente.

Sorpresa la de todos los presentes cuando vieron al hombre castaño caer de repente desmayado en un peso muerto y con la marca sumamente hinchada y casi a punto de salir aquel líquido viscoso carmesí. Katsuki fue el primero en salir a socorrerlo, lo tomó de un brazo y con el otro le pedía con gruñidos a Deku que le ayudara. Su cerebro estaba empezando a carburar y ya estaba entendiendo todo, entendiendo algo que no quería creer.

Lo llevó hasta una colchoneta y buscó rápidamente algunas gasas y pomadas para tratar la herida y que no se infectara. Midió su temperatura y se sobresaltó al sentirlo tan caliente, parecía tener una fiebre en sus 38° grados. Salió corriendo de su habitación y tomó de la camisa a su madre con rudeza, ignorando profesionalmente al niño que le gritaba que parara y que se calmara. ¡Al diablo la calma! Él quería; necesitaba su explicación y por supuesto que la tendría.

— Vayamos a sentarnos.. — fue lo único que soltó la mujer con un nudo en la garganta y su ojos rojos totalmente apagados.

Fueron hasta la sala y Katsuki se sentó en todo el frente de su madre, Izuku se mantenía a su lado aunque Mitsuki pidió y hasta exigió que los dejaran solos pero no, a la final el omega terminó con un grito que Deku se quedaría allí escuchando todo lo que él también iba a escuchar. Sabía que también tenía que ver con la señora Midoriya.

— Katsuki.. antes que nada.. no quiero que me perdones ni tampoco quiero hacerme la víctima porque he sido consciente de la gravedad del asunto.—  la rubia adulta se mantenía en una posición encorvada y sus manos entrelazadas arriba de sus rodillas.— Primero que nada quiero aclarar que fue un celo espontáneo.. simplemente reaccioné así porque u-una omega.. Inko.. — sus lágrimas empezaron a descender poco a poco mientras mordía levemente su labio inferior para evitar llorar.— Ella también estaba en celo y solo pasó.. Katsuki, por favor, no te pido que me perdones pero.. p-pero por favor hijo.. no me dejes.. te lo pido por favor.













Si les he fallado les pido perdón de la única forma que sé. 🎵 Abriendo las puertas de mi corazón para cuando decidan leer. 🥺

Pido perdón por la tardanza.

MI PEQUEÑO ALFA. [DEKUBAKU]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora