Todos conocemos la leyenda de la vela, la leyenda que otorgo los dones a los Madrigales.
Pero, ¿Conocen la leyenda de cuándo el mal encarnó en una persona, para intentar acabar con los Madrigales?
¿No?
Tranquilas, se las contare yo.
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_____ tenía curiosidad, ¿Cuál era la familia amiga de su tía a la que visitarían?
Buenos, sus dudas se despejarían pronto, pues estaba enfrente de la puerta de la casa dónde habita esa familia.
Su tía tocó tres veces la puerta esperando que la abrieran, y en cuánto lo hizo salió una chica de estatura media, con cabello chino y lentes verdes.
—¿Quién es- —al fijarse bien de quién se trataba, abrió los ojos con emoción —!Señora Rosa¡
—Hola Mirabel, que lindo volver a verte —sonrió ligeramente —¿Podemos entrar?
—Claro —abrió la puerta por completo, dejando así que entraran —!Familia Madrigal¡ !Ya llegó la familia Rodríguez¡
<<Espera, ¿Dijo "Madrigal"? >>, pensó _____
Los miembros de la familia poco a poco fueron llegando a dónde ellas estaban.
Y entre ellos estaba él que menos quería volver a ver _____.
—Tú...—murmuró con asombro Camilo al verla.
—Tú...—murmuró igualmente, pero con molestia.
Que ambos en cuanto se hubieran visto se hablaran despertó la curiosidad de todos.
—¿Acaso ya se conocen? —preguntó la abuela por los demás.
—Algo así —respondió Camilo con nerviosismo
—¿"Algo así" ? !Robador de hari- —antes que pudiera terminar su oración su tía le pellizco en el brazo izquierdo, en señal que se comportará. Con molestia se aclaró la garganta, y sonrió falsamente —Digo, sí... nos conocemos.
Camilo exhaló con alivio al ver que no lo había expuesto.
—!Estupendo¡ Entonces si ya se conocen ambos... ustedes pueden hacer las galletas —hablo una mujer de vestido amarillo —¿Les parece bien?
En cuánto pregunto eso ambos chicos se voltearon a ver.
Querían decirle "no"
Pero el lugar de eso dijeron:
—Sí
Y es que no iba Camilo a desobedecer a su madre, ni tampoco _____ quería desobedecer a la señora.
—Ven, es por aquí —dijo de mala gana el muchacho.
Antes de que la castaña lo siguiera, la mujer interrumpió.
—Esperen, primero déjame presentarme —la mujer se señaló a si misma primero, y después a cada uno a su alrededor —Me llamo Pepa, y él es mi esposo, Antonio mi hijo, Dolores mi hija, y ya conoces a Camilo.
