Todos conocemos la leyenda de la vela, la leyenda que otorgo los dones a los Madrigales.
Pero, ¿Conocen la leyenda de cuándo el mal encarnó en una persona, para intentar acabar con los Madrigales?
¿No?
Tranquilas, se las contare yo.
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—Y adoptaríamos a un perro que se llame manchitas
—Eeeh... —Antonio se quedo sin palabras.
—¿Y bien? ¿Qué opinas? —preguntó Camilo, dejando el gis a un lado de la mesa.
Antonio veía el pizarrón, con los dibujos hechos por Camilo.
En una esquina estaba un dibujo de _____ y él casados, cada uno con su ropa formal de boda. En otro estaban ellos afuera de una casita. En otro estaban ellos con un bebe en brazos. Por último, estaba otro dibujo con ellos adoptando un perrito. Todo esto con flechas que unían la secuencia.
—¿Antonio? —llamó a su hermano, haciéndolo volver a la realidad —¿Si escuchaste mi plan?
—Sí, es solo que...—se quedó un momento pensando en cómo decirlo —Es un buen plan, pero ¿La señorita _____, también gusta de ti?
Camilo abrió la boca, pero nada salió de esta. Se quedo sin saber que contestarle, ya que él tampoco tenía idea de la respuesta a esa pregunta.
—Supongamos que sí —habló —¿Crees que el perrito se deba llamar "manchitas" ? ¿O mejor compramos un hámster?
—Opino que primero deberían de ser novios —contestó —Ahora, ¿Me puedes desamarrar, por favor?
Digamos que, al no tener a quién platicarle su plan de vida con _____, "secuestro" a Antonio.
—Oh, sí —dijo, acercándose a la silla para poder quitarle la soga que lo mantenía en esta. —Perdón.
La desamarro con éxito. Cuando termino de hacerlo, Antonio corrió del cuarto de Camilo.
—¡Ey, Antonio! —protestó —¡Ven aquí!
El chico salió de su cuarto, con el fin de que atrapar a su hermano, y que le ayudara con su plan.
Sin querer se tropezó con Mirabel, la cuál soltó un quejido por el impacto de Camilo con en ella.
—Sí, sí —rio para no llorar —¿Por qué sigues a Antonio?
—¿Cómo sabes que lo sigo?
—Antonio me pidió que no te dijera dónde se escondió —explicó —Porque supuestamente lo estabas buscando.
—Emmm...—miro al piso, tratando de crear una mentira convencible en poco tiempo —Es qué mamá lo busca porque se tiene que bañar—mintió—Así que, ¿En dónde está?
—Nah ha —negó Mirabel —Cada que mientes miras al piso primero.
—Augh —suspiró — A veces se me olvida que me conoces muy bien.
