Todos conocemos la leyenda de la vela, la leyenda que otorgo los dones a los Madrigales.
Pero, ¿Conocen la leyenda de cuándo el mal encarnó en una persona, para intentar acabar con los Madrigales?
¿No?
Tranquilas, se las contare yo.
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Camilo no tenía ganas de ir, sabiendo que tendría que soportar a Carlos.
Pero quería ir, para poder descifrar de una vez por todas sus sentimientos.
Así que ahí estaba él, parado en la fuente, esperando que llegará primero _____ antes que Carlos.
Pero no fue su día de suerte, ya que Carlos llegó primero.
—¿Camilo? —podría haber jurado que dijo su nombre con desprecio —¿Qué haces tú aquí?
—Lo mismo que tú —respondió calmado —. Acompañare a _____ por su vestido.
Carlos se acercó hasta él, lo suficiente cerca para tratar de intimidarlo.
—Escúchame bien, Camilo—habló en un tono rudo y sin titubear
—¿Qué quieres? —tampoco se dejaría intimidar tan fácilmente
—_____ me gusta.
Camilo abrió los ojos y paso grueso. Se lo esperaba, pero a la vez no.
Sabía que Carlos gustaba de ______, era obvio.
—Y haré lo que sea necesario para enamorarla
Camilo cerró sus puños con una gran frustración, incluso clavándose sus uñas en las palmas de sus manos.
Cuánto odiaba a Carlos.
—¿Te gusta ella? —preguntó con una ceja alzada.
—No...—murmuró entre dientes —Al menos aún no lo sé —eso último lo murmuró solo para él.
—Si no te gusta, te sugiero que te hagas a un lado —dijo, alargando la distancia entre ellos —Vete y déjanos pasar el rato nosotros solos.
Camilo no haría eso.
—No —contestó frunciendo el ceño —Escúchame ahora tú a mí.
El joven se acercó, de igual manera, a Carlos.
—No dejare que te salgas con la tuya. —dijo presionando su dedo índice en el pecho de Carlos —No te mereces a _____, y haré lo que este en mis manos para evitar que estén juntos.
Carlos sonrió engreídamente, quitando el dedo índice de Camilo de su pecho .
—Que sorpresa, dijiste que no te gusta _____—comentó burlesco
—No me gusta, pero como su amigo la protegeré — sonrió de la misma manera que Carlos, con superioridad —La protegeré de personas como tú.
Carlos iba a alegar, pero no pudo porque _____ había llegado.
—Disculpen si lo hice esperar mucho —se disculpo, limpiándose el sudor que tenía en la frente —Es que venía corriendo de mi casa al restaurante, y después del restaurante acá.
