TÚ ENCANTO | CAMILO MADRIGAL X TÚ

⭑ Cᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ 27 ⭑

◆¡Capítulo largo!◆

_____ entró como invitada a la casa de Camilo; él la había invitado para pasar un día juntos después de la larga semana de escuela que tuvieron.

—Hola, dulzura —saludó Pepa en cuánto vio a la chica entrando a la casita.

—Hola, Pepa —sonrió la joven.

Ya tenían cierto nivel de confianza para que _____ pudiera llamarle por su nombre sin el "señora" antes.

—Si estas buscando a Camilo, él debe de estar en su cuarto —dijo la mujer, a lo que la castaña asintió.

—Claro, gracias.

La chica subió hasta el segundo piso, pero antes de poder llegar al cuarto de su novio, vio como Mirabel salía del suyo.

—¡Hola! —saludó alegremente.

Mirabel abrió los ojos al verla, y rápidamente caminó para el lado opuesto.

—¡E-espera! —pidió al ver como se iba.

Quería aclarar con ella sobre los eventos que pasaron hace unas cuántas semanas en la boda de Dolores, sin embargo, siempre ha estado evitándola.

Decidió no seguirla y solo soltar un suspiro insípido.

Volvió a retomar su camino inicial hasta el cuarto de Camilo, tocó varias veces, pero no obtuvo respuesta.

Con confianza abrió la puerta, encontrándolo plácidamente dormido.

—Ouh—rio al verlo en ese estado inesperado.

Se acercó silenciosamente en puntillas hasta su cama, y se quedó mirándolo por unos segundos.

Estaba imaginado en lo cruel que podría ser despertarlo y asustarlo, pero desechó la idea cuando pensó que podría matarlo del susto.

Justamente cuando iba a irse para poderlo dejar dormir, vio como Camilo abría lentamente los ojos.

—Hola, dormilón —saludó burlesca al amodorrado.

Pero, como el chico apenas estaba despertando, por reflejo propio lanzo su almohada hacía la figura que aún no percibía de todo bien.

_____ recibió el impacto de la almohada, uno que fue lo suficientemente fuerte para hacerla caer hasta el suelo.

Cuando Camilo abrió los ojos y vio la imagen con claridad de lo que había alrededor, se arrepintió de haberle lanzado la almohada.

—¡_____! —se paró para auxiliarla, aunque se haya mareado por levantarse rápido —Perdón, ¿estás bien?

—Deberás que debes controlar más tus impulsos cuando algo te sorprende —sugirió, aceptando la mano de él para levantarse.