Capitulo 9:¡Maldito lunes!

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Era de madrugada cuando noto que el móvil le vibraba lo busco en la oscuridad y vio que era Galván, no le apetecía darle explicaciones pero termino haciéndolo. En cuanto descolgó le empezó a gritar.

-¡¿Se puede saber que cojones ha pasado con Di Matteo?! ¡Que hace un rato que me ha llamado diciéndome que eres un incompetente! ¡Y un fracasado! ¡Mas te vale Quino que no haya pasado nada malo o…!

-Tranquilo- Y se levanto de la cama tan despacio como pudo para no despertar a Helena, Galván seguia gritándole, se metió en el baño y cerró la puerta.

Ella se despertó al rato y al ver que Quino no estaba se asusto. Vio la almohada manchada de sangre y pensó que él estaba en el baño…fue a abrir la puerta cuando…

-Sí Galván todo ha sido un pacto entre Di Matteo y yo, era necesario hacerlo por lo que te he comentado antes pero no te preocupes que estamos bien y además ella no va a saber nada hasta que se lo digamos claro…los tratos siguen hacia delante y las mercancías llegaran pronto…

Al oír la conversación se quedo atónita, y le entro un miedo mordaz, se fue a la cama a sentarse  y se hizo un ovillo. El cerdo de Di Matteo la había tocado y solo era por…un pacto para que la mercancía llegara antes…no se lo creía…había dejado que la tocaran, que la manosearan…oyó como Quino se despedía de Galván y sin pensárselo cogió la pistola que estaba en la cama y nada más salir el del baño le apunto con ella. El chico que pensaba que ella estaba dormida al verla apuntándole se descoloco, instantáneamente se llevo su mano a la espalda y se dio cuenta que le faltaba una…

-Helena baja el arma-le dijo con tranquilidad

-¡No me digas lo que tengo que hacer! ¡ERES UN HIJO DE PUTA Y UN CERDO! ¡Has dejado que ese italiano, me tocara!-aunque le apuntaba las manos le temblaban con violencia. – ¡Como puedes ser así!

Quino se movió un poco y ella le apunto a su pecho.

-No te muevas o te juro que te disparo-Y la pistola hizo el típico ruido de que la bala estaba preparada para salir, el chico también saco la suya y le apunto con las dos manos.

-Helena no quiero hacerte daño baja el maldito arma –le advirtió con tranquilidad.

-¡No!-sus manos temblaban pero seguía apuntándole. -Déjame que me vaya o de lo contrario…les contare a todos la verdad y me da igual…

-No digas tonterías. No puedo dejar que te vayas además todos sospecharían y…

-¿Y? ¡A mí que me importa!-Grito al borde de los nervios. Quino dio un paso hacia ella y sujeto el arma con más decisión.-No miento cuando te digo que como te acerques a mi te disparo.

-Pues a que esperas ya me he movido.-le dijo apuntándole el también. -Además no serás capaz

-¿Quieres comprobarlo?-le dijo con rabia. El chico asintió y fue hacia ella con paso decidido y entonces lo hizo, le disparo…la bala se estrello contra el jarrón y entre el desconcierto y la confusión ella salió corriendo. Bajo las escaleras hasta el segundo piso donde por suerte todos estaban en el jardín y nadie la vio… ¿O sí? Se había quitado los zapatos y se resbalada con el mármol del suelo, corría como nunca porque Quino le pisaba los talones, se metió por puertas que ni sabia a donde daban, oía a lo lejos como el gritaba su nombre, pero hacia caso omiso. De pronto noto el césped en sus pies, se encontraba a la espada del jardín y vio que estaba completamente desierta paro unos segundos para coger aire pero reemprendió la carrera cuando vio lo lanzado que venía Quino, se metió en un hangar…pero no era eso si no un garaje que estaba lleno de coches de lujo.

-¡Helena!-grito Quino

Al oír su nombre se giro con tan rápido que se mareo y tuvo que cerrar los ojos un instante. Volvió a apuntarle directo al corazón con decisión pero su mirada le delataba estaba llena de miedo.

Un disparo a mi corazón. EDITANDOWhere stories live. Discover now