Epilogo

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Helena

"Ha pasado una semana desde que todo acabo. Todavía no me he recuperado pero tengo que seguir adelante. Mis padres saben que algo no anda bien, ya no salgo de mi habitación tan a menudo y a mi hermana tampoco la veo tan de seguido. Creo que le ha molestado que no encargue de la niña pero me da igual ahora no estoy para cuidar a nadie. Necesito un cambio y eso es lo que voy a hacer…ayer hable con mi hermano para pedirle si me dejaría ir a trabajar a su empresa de Nueva York, por supuesto que me dijo que cuando quisiera. Quede con el que este sábado me iría para allá, no puedo estar más tiempo en España y mucho menos en Madrid, cada lugar o sitio al que voy me recuerda a él…él… todavía sigo sin entender su reacción. Mis lagrimas vuelven a salir…¿Cuando pararan? Me duele la cabeza de tanto sufrimiento. Al final el universo se ha salido con la suya…en fin. No quiero aceptarlo pero desde el principio nuestra relación estaba perdida. En mi cabeza siempre surge la misma pregunta: ¿Me quería de verdad? O ¿Solo fingía? Mi cabeza me dice una cosa y mi corazón me dice otra no se a quien creer. El caso es que no puedo seguir de este modo. Solo duermo, lloro en silencio y comer…lo que se dice comer…casi nada. Más de dos veces he discutido con mi madre por la comida pero es que no me entra nada, sin el nada tiene sentido. ¡Maldita sea! ¿Por qué me enamore de una persona tan diferente a mí? ¿Por qué? Me doy golpes contra la cabeza pero no vale la pena. Mi cuerpo le echa de menos y para qué negarlo…yo también. Nunca le voy a olvidar…mi corazón siente su partida pero esta tan roto que dudo que alguien pueda ocuparlo de nuevo. Le debía tanto a ese niño…estaba dispuesta a todo y solo por el…quería seguir luchando. ¿Qué hice mal? No lo sé. ¿Hasta el final? Si, por supuesto que hubiera ido con él hasta el final pero ahora…ahora ya no me queda nada. Oigo a mi madre llamar a la puerta no quiero verla pero pasa sin darme opción

-Helena, tienes una llamada –Me dice con el fijo en la mano. Se lo cojo y se va

-¿Si? –Digo

-Señorita Helena Montes

-Sí, soy yo.

-Le llamo del bufete de abogados de Juliofran –Ese nombre me sonaba

-Vera necesito verla mañana.

-¿Para qué es?

-Es un tema que prefiero hablarlo mañana en persona. Por favor apunte la dirección –Y así hice –Le espero a las 10. Buenos días. –Y colgó.

La verdad es que me queda flipando con la llamada y durante todo el día le di vueltas pedo decidí ir. El bufete se notaba que era de gente ricachona. En la recepción me atendió una chica mona, me llevo a un despacho en donde me recibió un hombre con su sonrisa bonachona.

-Buenos días señorita Montes –Le di la mano –Por favor siéntese

-Sí, explíqueme de que va todo esto. –Le dije intrigada

-Es por el pedido que me hizo su pareja Joaquín Ramos López –Reconozco que me puse tensa de solo escuchar el nombre de ese hombre que me había hecho tanto daño. –Vera me dejo esto para usted –Me tendió unas hojas. Las mire por encima, su casa estaba a mi nombre, al igual que sus coche y su moto pero lo que más me llamo la atención fue que sus cuentas del banco ¡Estaban a mi entera disposición!

-No quiero nada de este señor. Gracias –Me levante para irme pero el hombre me cogió de la mano con suavidad

-Por favor señorita Montes –Me volví a sentar –El ahora ingreso en prisión y…

-Ya lo sé. Pero es que de verdad no quiero saber nada de él ni de sus cosas

-El señor Ramos me pidió que le diera estas hojas para que las firmara. Me alentó de que usted sería difícil de convencer –Me dijo el hombre sonriendo –Y también como clausula si no firma… -¡Joder! Hasta en la maldita cárcel me iba a hacer chantaje… ¿Es que no le valía el daño que me había echo?

-Vale. Da igual, los firmare. –Cogí un bolígrafo e hice las múltiples firmas necesarias. ¿Eso es todo?

-Sí. –Me dio las fotocopias –Bueno hay algo mas –Me tendió una carta. –Me pidió que también le diera esto, que lo leyera cuando usted quiera.

-Vale. ¿Ya? –Quería salir de ese maldito despacho me estaba poniendo de los nervios.

-Sí. Ya puede irse. Que tenga un buen día.

-Igualmente.

Los días que correspondieron al sábado para irme no hice nada. Solo la maleta, mis padres me apoyaron pero mi hermana para mi sorpresa…no vino ni siquiera a despedirme. Eso me dolió, se disculpo diciéndome que estaba cuidando a su hija…en fin. Por fin me alejaba de España…esperaba que ese cambio fuera bueno. No pensaba regresar en mucho tiempo…no podía para el tiempo y olvidar todo lo que llevaba dentro pero sí que podía intentarlo y eso era lo que pensaba hacer.”

Quino

Llevo 1 mes, 1 maldito mes encerrado aquí. Y todavía me quedan 15 años…no sé si podre aguantar. Los presos me tienen respeto porque saben quién soy, saben de lo que soy capaz de hacer como alguno se pase un pelo conmigo. La verdad es que no estoy orgulloso de ser el monstruo en el con los años me he convertido pero tengo que aceptarlo, ya no hay marcha atrás y aunque lo hubiera…no cogería otro camino. ¿Y ella? Pienso mucho en ella. Mi rubita…como me dolió tener que acabar de esa manera dudo que me perdone alguna vez, le rompí el corazón. Le volvió a hacer llorar…suspiro con fuerza. Cada noche recuerdo la discusión que acabo con nuestras ilusiones de seguir con nuestra bonita relación. No puedo estar peor…soy un muerto en pena. Nunca me perdonare lo que le hice. Sé que ahora ella cambiara y que se volverá otra persona, se mis palabras surgieron un efecto abrasador ella. Lo sé. Ha tocado la campana de apagar las luces otra vez empiezan mis pesadillas, si. Tengo pesadillas con ella, en la que como es normal me deja por otros. No le culpare si en este tiempo encuentra alguien mejor que yo, se lo merece. Es especial, ella era mi puto mundo. Mi vida. Miro la alianza que me regalo…todavía no me la he podido quitar, con el paso del tiempo lo hare. Es lo único con lo que me quede cuando entre en prisión. He hecho tanto daño a tanta gente, me merezco morir aquí pero sé que saldré antes de los 15 años, tengo contactos pero mientras llega ese momento tendré que lidiar con la soledad de estar solo. Con la desesperación de no volver a tenerla, con el olvido de sus besos, de sus caricias, de su amor. Mi amor. Le prometí no alejarle  de mi vida y es lo primero que he hecho. ¿Cómo puedo ser tan mentiroso y mezquino? ¿Cómo tan si quiera sigo vivo? ¿Como…Como se pudo enamorar de mí? ¿Cómo me enamore de ella? Vuelvo a suspirar. Nunca más la volveré a tener. NUNCA QUINO. NUNCA.”

Un disparo a mi corazón. EDITANDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora