Un disparo a mi corazón. EDITANDO

Capitulo 31: Te echaré de menos

Chicas!!! Aqui os dejo otro capitulo de esta historia, de nuevo vuelve a ser cortito pero lo prefiero asi.  Es uno de los que mas me ha gustado escribir pero de los que mas me ha costado... De nuevo daros las gracias por los apoyos que me dais con los comentarios y los votos. Sin vosotras no existiría esta historia. Espero que os siga gustando!!! Mil Besoos!!! -------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

Al día siguiente Raúl fue a visitarla a su habitación. Ella se echo a sus brazos como una tabla en medio del mar. La tranquilizo diciéndole que Galván había accedido a que él se encargara definitivamente de ella. Le pareció raro ya que Raúl le dijo que su amigo no puso ninguna objeción solo que le cuidara mucho. Los meses pasaron, Helena se mudo a la habitación del chico y por suerte para los dos todo iba genial, incluso se permitían darse placer mutuo aunque con la incordiante condición de la ropa interior…eso no le hacía gracia a ninguno de los dos pero igual lo pasaban bien. Cada día era distinto, el chico le hacia reír por cualquier cosa incluso le enseño sitios de la ciudad que nunca visito. Ella era mucho más feliz y se notaba en sus ojos que no volvían a estar empapados en lágrimas, Raúl también lo era ya que por fin encontró a alguien con quien compartir momentos únicos, situaciones especiales y recuerdos bonitos que siempre recordaría. Él sabía que Helena no se olvidaba de su amigo pero lo intentaba constantemente para no herirle ni hacerle sufrir, con esos gestos le demostraba que valía la pena seguir luchando por ella, se dio cuenta que la quería mas de lo que pensaba, pero por lo menos ahora estaba a su lado. Los meses pasaron rápidos y pronto llego diciembre con sus días fríos, tristes y oscuros. Una tarde Helena estaba haciendo los trabajos que le mandaba Galván cuando entro Raúl, tenía el rostro un tenso, las mandíbulas apretadas y los puños cerrados. Ella le sonrió pero al verle así solo le sabio correr hasta el.

-Que pa… -No pudo terminar de hablar.

Raúl le beso con insistencia, desespero, miedo. La chica no podía respirar cada vez que intentaba separarse él le agarraba con fuerza para que no pudiera soltarse, se ahogaba en ese beso lleno de tantas sensaciones frustradas. De esa ansiedad que le recorría las venas y transmitía con su lengua, ella le empujo con fuerza y se deshizo de sus manos.

-¿Qué coño pasa? ¡Nunca me has besado así! –Dijo cogiendo aire

El empezó a dar vueltas por la habitación nervioso, se fue a la mesita de noche y de un manotazo tiro todo. – ¡Joder! –Gritó. Helena se fue hasta él y le abrazo. –Suéltame –Dijo forcejeando

-¡No! –Le contesto sin soltarle

-Te hare daño –Volvió a intentar soltarse de los brazos de la chica. Ella gruño por lo bajo porque le hacía daño pero no pensaba soltarle

-Hasta que no te tranquilices no te voy a soltar –Le dijo confiada

– ¡Joder Helena, te he dicho que me sueltes! –Grito pero la chica seguía pegada a su cuerpo. Poco a poco se fue relajando, no quería dañarla, significaba mucho para él y hacerla daño no entraba en sus planes. –Ya estoy tranquilo. Puedes soltarme –Pero su respiración seguía alterada. Ella le miro con preocupación y por sus mejillas rodaron las lagrimas –No princesa no me llores –Atrapo su cara con sus manos –Ven vamos a la cama. Se tumbaron mientras metía su carita entre sus pectorales. Perdóname te he asustado. No era mi intención, ¿Me perdonas? –Le suplico con la mirada.

-Solo si me dices que pasa. Nunca te había visto así. Raúl ¿Qué ha pasado? No me lo escondas.

El resoplo. No sabía cómo empezar, se sentó en la cama y se la puso encima. Después la volvió a besar pero esta vez más delicado hasta el punto de ponerle la carne de gallina a la chica. – ¿Te he dicho alguna vez lo guapa que eres? –Le pregunto tocándole la mejilla, ella se sonrojo. –Ay Helena –Suspiro.