Capitulo 10:Lunes(parte2) y regreso a casa

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Antes de salir de la habitación él le dejo claro que con Di Matteo se comportara como siempre. Mientras que bajaban al jardín ninguno de los dos se miraba incluso se notaba en sus rostros que estaban enfados, que iban cada uno por su lado y que pasaban el uno del otro. Sus estados de indiferencia hicieron saltar las alarmas cuando varios de los asistentes les preguntaban por curiosidad si estaban bien o si les pasaba algo. Maryn se puso muy contenta al ver que por fin la relación tocaba fondo y pronto Quino volvería a estar soltero…sin ninguna perra a su lado. -Pensó entre ella. Tuvo que ser Di Matteo el que se metiera de por medio alegando que una pequeña disputa entre pareja tampoco significaba que ya no se querían…eso hizo enfadar a Maryn quien acabo yéndose.

Se quedaron solos. No se miraban para nada ella bebía de su copa y el de la suya. Disimulaban observar la fiesta y prestarle un poco de atención a la gente. En ese momento paso un camarero con un bandeja llena de copas y ella le cogió una, el chico le sonrió y se la comió con la mirada ella hizo lo mismo ya que estaba muy bueno, eso pico a Quino quien de reojo los estaba viendo.

-Oye siento haberme puesto así contigo. –le dijo poniéndose a su lado.

-Me da igual lo que hagas conmigo.-le contesto con indiferencia mientras que cogió un canapé.

Quino le miro con curiosidad pero ella no le devolvió la mirada. Poco a poco fue poniéndose detrás de ella y entrelazo sus manos alrededor de su cintura después apoyo su barbilla en su hombro y empezó a besarla con suavidad a ella se le pusieron los pelos de punta y un escalofrió recorrió todo su cuerpo, eso lo noto él y lo aprovecho. Puso sus labios en su nuca y saboreo su piel de fresa, quería que se relajara, que dejara de estar seria, que en el fondo le perdonara por tratarla mal…

-Déjame Quino.-Le dijo con frialdad. Le empujo para soltarse de sus manos pero le sujeto con más fuerza.

Y entonces no se lo pensó. La cogió de la mano y la arrastro hasta dentro, fueron a un sitio en donde estar solos, ahí la empezó a besarla con brusquedad mientras que ella le correspondía con la misma pasión, a pesar de que estaban enfadados el fuego que se prendía cuando estaban juntos era inevitable porque en el fondo sentían algo…aunque lo guardan en silencio. En una de las veces el le cogió del culo y se pego su cadera a él, y eso provoco que los dos gimieran de lo placer, el chico se fue a su cuello y le dio un gran mordisco para después succionar su piel, esa piel que le perdía que le sabia a fresa y a hierba recién cortada, ella al notar lo que estaba haciendo intento apartarlo pero él le cogió con más fuerza.

-¿Por qué lo haces? –Le pregunto con la voz entrecortada producida por la excitación.

-Porque me has empujado.-Le contesto con media sonrisa mientras le robaba un beso. Después con furia le quito la torera y la tiro al suelo. Y volvió al ataque, le metió la mano por debajo de la camiseta y fue subiendo poco a poco hasta llegar a sus pechos que el toco con suavidad mientras ella le desabrochaba la camisa pero él le paro. De pronto el fue bajando hasta su vientre que beso, que saboreo, relamió y por ultimo mordió provocando un gemido para luego absorber su carne con fuerza.

-Para por favor.-Le dijo exhausta, tenía la boca seca. Con él todo era tan pasional que era imposible no temblar con cada cosa que le hacía. El mero hecho de que la tocara ya le hacía estremecerse. –Me vas a dejar señalada y…

-Schus –le dijo poniéndole el dedo índice en su boca. Le fue subiendo la camiseta con sus manos que estaban frías y esto le produjo un frio placentero, ella tenía la carne de gallina y eso a él le gustaba, fue subiendo hasta su pecho izquierdo y justo debajo de este presiono sus labios. Le dio un pequeño mordisco. Ella temblaba en sus manos, no sentía el aire solo le sentía a él, volvía a estar prisionera pero esta vez era mejor, de pronto él la giro y quedo a espadas. El la aprisiono contra su cuerpo y noto la excitación de su intimidad, le besaba con fuerza, con brusquedad, ella intentaba darse la vuelta pero él le sujetaba las manos por detrás de la espalda y entonces fue bajando dando pequeños besos por toda la espalda hasta llegar a la parte de la cadera ahí la toco y la abrazo con la mano que tenia libre para después saborear cada centímetro con su boca…daba suspiros y jadeos alterados. Cuando hubo acabado le volvió a dar la vuelta y beso sus labios con ternura, saboreando el dulce, ese dulce que era su perdición su adicción. Ella volvió a intentarle quitarle la camisa pero el negó, eso le enfado y con pasión le cogió el cuello de la camisa y lo atrajo hasta ella con fuerza después con sutileza le fue subiendo la pierna hasta la cadera de él y le beso con enfado con fiereza provocándole gemir. Movía su cadera contra la de ella y si no llegara a ser por el vaquero…bajo su mano hasta su entrepierna pero él con suavidad se le devolvió a su espalda, le dio un profundo mordisco y grito de dolor para después volver a besarle. Con la pasión aun en los ojos se separaron un poco, se miraban con la respiración alterada, notando como sus corazones luchaban por explotar y entonces entrelazaron sus manos, con suavidad el bajo la pierna de ella no sin antes tocar produciéndole a ella un placentero escalofrió después le cogió la torera olvidada y se la puso. No podían para de mirarse…algo en sus miradas era hipnótico, mágico que reflejaba lo mucho que se atraían, lejos de sentir nada cada uno sabia que cuando se juntaban eran pura dinamita que agotaban sus sentidos y juntaban sus sentimientos.

Un disparo a mi corazón. EDITANDOWhere stories live. Discover now