Capitulo 25: Terapia de pareja (2º Parte)

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De pronto la chica se da cuenta de que efectivamente el cuerpo no le duele tanto como el día anterior, lo sigue teniendo dolorido pero lo puede soportar, Quino llevaba razón. Él le miraba desde la cama, con esa media sonrisa, le observa, sin camiseta solo con unos pantalones cortos azules del pijama, y ahí está solo para ella. “Es tan guapo. ¡Uf que cuerpo! No me extraña que las mujeres caigan rendidas a él…si hasta yo que me proponía no ceder al final lo he tenido que hacer. Y como me mira…me encanta su mirada es tan bonita…sus ojos castaños, expresivos llenos de ese no se qué…como le he echado de menos. No sé si le quiero pero…ahora mismo le hacía mil cosas y todas malas. Quiero volver a hacerlo con él. Y lo hare.” Se dice ella.

La chica vuelve a la cama, hizo un gesto de dolor por el costado pero en cuanto la abraza el chico, todo desaparece. Cogió una onza de chocolate y se la mete en la boca, relamiendo el sabor delicioso de ese dulce.

-Que mono tenías ¿No? –le pregunto el chico riendo a su lado.

-No tienes ni idea, esto es mejor que llorar.

-¿Llorar? No, no me llores nena

-Jjajaja noooo, es que a veces cuando estoy bajo los influjos de mi amiga me da por ponerme triste pero este mes…ha sido generosa y me ha dado por el chocolate.

Se rieron los dos. La chica tenía un gran trozo en la mano, justo se lo iba a echar a la boca y él se lo quita. Se mete en la boca un trozo, lo relame chupándose los labios de forma sensual, erótica mientras sus ojos llamean, se tumba encima de ella metiéndole la lengua en la boca, se chupan entrelazándolas, mordiéndolas.

-Um que rico –Dijo la chica –Ahora me toca a mí –Le dice picante. Coge un trozo lo muerde por el borde mientras que lo chupa con la lengua, el atrapa el otro borde y hace lo mismo después entrelazan sus lenguas, fusionándolas con el chocolate. Después con otro embebiéndose, comiéndose mientras saborean sus sabores mezclados con los de ese delicioso manjar. Se separan un poco y vuelven a hacerlo, presionándose con sus lenguas, riendo, absorbiéndose mutuamente. La chica le apreta con su cintura produciéndole gemir, la mueve en círculos mientras le pone una pierna alrededor de la suya, el se pega mas y hace lo mismo, dibujan círculos mientras la levantan a la vez. Jadean a la vez que suspiran de placer. El chico bajo sus manos a la cintura de ella y le deshizo el lacito del pantalón del pijama instantáneamente se la paro. Él le miro ceñudo.

-¿No te conformas…con…?

-¿Por qué debería conformarme? –le pregunto riendo

-Bueno estoy…ya sabes y…

-Puedo tocar por fuera, no me importa –Iba metiendo la mano poco a poco dentro del pantalón

-Pero…puedes mancharte

El chico paro lo que estaba haciendo y le miro con ojos inexpresivos -¿Crees que si me importara mancharme te habría seguido el juego del chocolate? O ¿Me hubiera quedado a dormir contigo? –Eso fue como una bofetada para la chica…con que era por eso…quería lo que todo hombre. –Helena tu eres mía ya te lo dije el otro día.

El nudo de la garganta le aprisionaba tanto que apenas si podía hablar. -¿Qué quieres decir con eso?

-Pues lo que significa nena, que eres totalmente mía –La chica tenia la boca seca –Cuando te dije que ningún hombre te iba a tocar no bromeaba, nadie toca lo que me pertenece. –Ella le miro perpleja –A no ser que de permiso para hacerlo, pero contigo lo dudo.  

-¿No crees que eres –Trago el dichoso nudo –Demasiado posesivo? Estas yendo muy lejos

-Bueno tu misma me llamas así Helena, además me gusta que solo me pertenezcas a mí, odio compartir –Sonrió de medio lado

Un disparo a mi corazón. EDITANDOWhere stories live. Discover now