Capitulo 25: Terapia de pareja (1º Parte)

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Quino arrastro a Helena por toda la casa, corría bajo la mano de él e intentaba por todos los medios seguirle el paso pero varias veces se tropezó con los tacones y estuvo a punto de besar el suelo, subió los tres pisos de la casa de dos zancadas y se dirigió al gimnasio. Una vez allí fue a la sala en donde practicaban boxeo él se quito la chaqueta y la camisa con enfado junto con los zapatos que prácticamente volaron y ella se tuvo que apartar para que no le dieran, se sentó en los bancos agotada de correr con el corazón desbocado, la boca seca, trago varias veces al igual que cogía aire constantemente para llenar de aire sus pulmones.

-¡HELENA! –Grito el chico con furia ella se asusto – ¡Ven aquí ahora mismo! –El estaba en el ring con los guantes puestos. Al verle entendió lo que pretendía todo su cuerpo recibió una descarga de terror y la sangre se le helo – ¡Ponte los putos guantes y sube!

Cogió los de la otra vez. Se los puso muy lentamente estaba retrasando la entrada en el ring le daba miedo pelear contra él, contra ese chico que hacia un instante era dulce, tierno pero que ahora todo su cuerpo resplandecía de ira, enfado y todo debido a la discusión con su padre…lo maldijo.

-¡HELENA! –Volvió a gritarle y se asusto aun más

-Ya voy, me estoy quitando los zapatos –Le dijo resoplando mientras se quitaba la chaqueta, se dirigió con paso firme pero lento sus rodillas le temblaban, sus manos parecían de gelatina y todo su cuerpo estaba más rígido que una tabla. Se metió bajo las cuerdas y se puso enfrente de él. –Quino yo… -Empezó pero el chico le dio un fuerte puñetazo en el hombro izquierdo -¡Ah! –Se llevo la mano al sitio dolorido –Quino ¡Joder! –El chico le dio otro golpe pero le esquivo –No prefieres que avise a Raúl

-No –Contesto dándole otro puñetazo en el hombro

-¡Ah! Quizás…Galván…

-¡Te he dicho que no! –le grito. Lanzo otro golpe a su pecho pero la chica lo esquivo –Ellos no están y tu eres la única que me queda

-Y ¿El saco? –pregunto cómo última opción

-¡Que no! –Rugió –El saco no me devuelve los golpes y ahora mismo estoy muy cabreado y necesito que me los devuelvan. ¡Vamos! –Le pego un puñetazo en todo el estomago

Ella se encorvo de dolor, se llevo las manos a la zona golpeada –Esto no va a ser justo Quino –Dijo con un hilo de voz –Yo no sé pelear tan fuerte y –Se callo porque el chico le pego en toda la costillas

-Cállate y deja de auto compadecerte. ¡Lucha joder! Sabes hacerlo te dije que con un poco de practica serias muy buena. Además una vez me dijiste que si necesitaba desahogarme lo podía hacer contigo–Le lanzo un puñetazo en el mentón haciendo que de su boca saliera sangre. La chica se cuadro los hombros y le miro con el cejo fruncido –Te advierto que no voy a seguir ninguna norma, con lo cual no hay reglas. –Ella asintió. “Si quiere esto lo va a tener” –se dijo la chica

-Bien Quino, me voy a vengar de ti –El le miro mas enfadado –Por todas tus malas palabras –Le lanzo un fuerte puñetazo en el hombro derecho que no pudo esquivar, dio un gruñido de dolor –Por tus malos tratos –Otro puñetazo en el otro hombro que tampoco pudo parar –Y por las veces que me has pegado –Le cogió la nuca con las manos y le pego un rodillazo en todo el estomago. El chico se cayó al tatami mientras se retorcía de dolor –Un golpe bajo que tendrías que haber previsto chico listo –Le dijo para provocarle –Vamos levanta –Le ordeno. Y esto le recordó a lo que hizo el día que se emborracho cuando fumo ese porro sin que él se creyera lo que estaban viendo sus ojos. Se levanto. Los dos flexionaron las rodillas con los puños en alto listos para luchar.

El chico ataco primero, le dio una fuerte patada en la cadera y después un puñetazo en su mandíbula ninguno de los golpes los pudo parar, pero no pensaba rendirse levanto la pierna derecha e hizo un amago de patada y él se la sujeto mientras que con la otra se impulso y el pie de la chica le impacto en toda la cara rompiéndole el labio. Después el levanto la mano derecha y choco contra la mano izquierda de la chica, los dos gritaron de dolor mientras se separaban un poco. Movieron sus manos rápidamente para quitarse el dolor, el chico no le espero. Le dio una patada en la espalda y cayo de boca se giro  para evitar un golpe en su columna, ella le dio un puñetazo en la mejilla aturdiéndole y después le propino una patada en la rodilla izquierda. Rodaron por el tatami los dos lanzándose golpes fuertes hasta que se separaron, se pusieron en pie y comenzaron otra vez una danza de golpes, una de las veces que se quedaron mirándose pudieron verse mejor, prácticamente estaban igual de heridos pero no pensaban quedarse así. Volvieron al ataque con patadas junto con puñetazos, él le pego varias veces con su gancho de derechas mientras que ella luchaba por mantenerse de pie, cansada de recibir decidió acabar de una vez por todas y el chico debió de pensar lo mismo porque intensificaron los golpes, la chica le pego con su gancho de izquierdas haciendo que él se quedara exhausto, tuvo que refugiarse en las cuerdas para no caerse. Y entonces ya no puedo más. Ella se sentó en el tatami, tiro los guantes y fue arrastrándose hasta una esquina, el hizo lo mismo mientras se recostaba entre las cuerdas.

Un disparo a mi corazón. EDITANDOOù les histoires vivent. Découvrez maintenant