Capitulo 8: domingo por la mañana(1º parte)

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-Helena…despierta

Oía desde la lejanía como Quino como le llamaba con voz dulce y tranquila. No quería despertarse porque tenía mucho sueño y le dolía la cabeza una barbaridad. Volvió a llamarla con suavidad pero con insistencia, entonces ella abrió los ojos muy despacio y se cegó con la luz del sol, los volvió abrir y se llevo las manos a ellos. Se los restregó para espabilarse y se giro en dirección a él. Estaba sin camiseta y tenía una toalla alrededor de su cintura, las gotitas del pelo le caían por la cara y las de su torso discurrían como si fuera un rio entre los abdominales.

-¿Te has duchado?-le pregunto remolona

-Sí, creo que se me nota ¿no?-Dijo riendo-Vamos levántate hay que hacer cosas, dormilona.

-Ya voy.-contesto molesta.

Al salir de la cama noto como su dolor de cabeza aumento y vio la habitación que daba muchas vueltas, se puso la mano en la cabeza e instintivamente Quino apareció a su lado. La cogió de la cintura e hizo que apoyara su cabeza en su pecho, estuvieron así un breve tiempo en el que ella pudo notar como el corazón de él se aceleraba y el pudo notar como el de ella también lo hizo pero ninguno de los dos dijo nada.

-Creo que tú también deberías ducharte…te va a venir bien.-le aconsejo él.

Ella asintió y desprendiéndose de sus brazos se metió en el baño…pero enseguida salió.

-¿Vas a pasar?-le pregunto con interés.

El negó pero algo en su mirada se hizo sospechar a ella que sí que lo haría.

-No confió en ti así que me voy a cerrar de la llave

El rio y a través del espejo se le quedo mirando, se estaba echando gomina en el pelo y poniéndoselo en forma de cresta…como le gustaba que hiera eso a ella…él se giro y se quedaron mirándose a los ojos. El negó con la cabeza.

-Te prometo que no voy a pasar-le dijo serio.

Ella asintió y se metió de nuevo en el baño, estuvo tentada de cerrar de la llave pero hizo un esfuerzo por creerle. Se ducho con tranquilidad y cuando salió estaba más relajada, en la habitación no había nadie. Encima de la cama estaba la ropa que le había preparado. Un short negro de tela fina y una camiseta en rosa palo con escote en V drapeada, a los lados estaban las pulseras en color negro y un caja de zapatos que contenía unos en color negro muy bonitos. Se puso la ropa interior y justo cuando estaba mirando la camiseta el entro por la puerta. Llevaba en las manos una bandeja grande con dos tazas de café, dos zumos, un cruasán, varias tostadas, y mermelada de fresa y mantequilla. Él le sonrió con amabilidad, le gusto verla en ropa interior…otra vez.

-¡Joder! ¿No puedes llamar a la puerta o algo así?-le dijo con enfado pero sin levantar la voz.-Me has vuelto a pillar desnuda.

-No estás desnuda, estas en ropa interior, además ya te he visto la otra vez ¿Qué más da?

Ella le fulmino con la mirada y se puso en jarras eso le hizo gracia a él y se rio. De pronto se acerco al armario y saco una camisa blanca y unos pantalones negros, se empezó a quitar la ropa que tenía y se quedo en calzoncillos. Se paseaba por la habitación como si estuviera solo.

-¿En serio?-le dijo ella.

-En serio ¿qué?

Ella le miro de arriba abajo con molestia pero cuando termino de hacerlo no pudo contener una pequeña sonrisa y tuvo que desviar su mirada hacia la ropa que tenia encima de la cama.

-¿Esto es lo que quieres que me ponga?-dijo con la camiseta en la mano

El asintió, estaba en el espejo afeitándose la barba. A través de este vio la cara de horror de ella sobre la camiseta entonces se giro y se miraron.

Un disparo a mi corazón. EDITANDOWhere stories live. Discover now