Capítulo 13

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Jimin se sentó en su estudio. Encendió el ordenador y vio un correo de Hoseok. Era lo que esperaba, aunque, tal vez, no tan pronto. Estaba cifrado, pero su abogado le había explicado una vez cómo leerlo. Iba a proceder, pero su móvil empezó a vibrar. Frunció el ceño y atendió la llamada.

—¿Señor Park? —habló la secretaría de Jungkook al otro lado de la línea.

—¿Jane? ¿Qué ocurre? ¿Jungkook está bien? —Se preocupó.

—S-í —dijo un poco dubitativa—. Está obedeciendo a medias al doctor en su casa... —Se quedó callada.

—Jane, ¿qué ocurre? Cuando te llamé la última vez me dijiste que estaba todo bien.

—Señor Park. Yo solo soy la secretaria del señor Jeon. No sé si debo meterme en estas cosas. No es fácil para mí. A lo mejor me estoy excediendo y tomando muchas confianzas. Me preguntó si había notado algo extraño. Le dije que no, pero...

—Jane, escucha. No pasará nada. No le diré nada a Jungkook. Nadie lo sabrá. Eres su secretaria, pero también velas por él. Si sabes algo que pueda ayudarlo, debes decírmelo —contestó más serio que antes.

La chica suspiró al otro lado y se tomó unos segundos para ordenar sus pensamientos.

—Yo... Yo no estuve con el señor Jeon en Corea. No sé qué pasó allí. Pero en la clínica, en la oficina del médico, había muchos papeles. Y eso me extrañó. No ha visitado tanto el hospital y, menos, esa clínica. Además, los tenía impresos en una carpeta. Los expedientes son electrónicos ya. Casi nadie los tiene impresos.

Jimin entrecerró los ojos, pensativo. Las sospechas de Hoseok parecían apuntar en alguna dirección no muy desacertada.

—¿No le parece raro? —cuestionó Jane en voz baja, como si alguien estuviese escuchándola.

—Es raro. No tiene mucho sentido —contestó—, pero gracias por decírmelo, Jane. —Era información. Era algo por lo que podrían empezar.

—Hay algo más —habló otra vez.

Sus sentidos se pusieron en alerta cuando la escuchó.

—Hemos llegado a Los Ángeles.

Jimin agradeció a todos los dioses el hecho de que Jungkook lo hubiese escuchado. Estaba en casa por fin.

—¿Qué hay de malo en eso?

—Junghyung —respondió sin más.

Jimin abrió los ojos, sorprendido por no haber caído en eso.

—Mierda —masculló en voz baja—. Jungkook está mosqueado porque lo dejaron viajar con él, ¿no?

—Sí. Es menor de edad, pero no le pidieron ningún papel. Jungkook sospecha que había algo entre el chico que nos atendió y el niño. Es como si ya se hubiesen conocido de antes. No sé si me explico.

—Vale, Jane. Necesito que me envíes los detalles del vuelo que abordaron y la facturación, incluido el mostrador por el que pasaron.

—Señor Park, ¿qué va a hacer? No quiero que se meta en ningún lío. Yo solo dije lo que había visto raro, pero, a lo mejor, son solo cosas mías y...

—No te preocupes, Jane. Tú sabes que Jungkook es mi mejor amigo y haría cualquier cosa por ayudarlo. Si ese niño lo está engañando o no... tenemos que saberlo.

La mujer se quedó callada durante unos minutos después de lo que había dicho Jimin.

—Yo sí creo que Junghyung es su hijo —habló casi con solemnidad, como si estuviese declarando ante un tribunal—. No creo que sea un estafador. Ni siquiera creo que vaya detrás de su dinero ni que trabaje para alguien. Tiene que haber alguna explicación.

To Mr. Jeon [KookV]Where stories live. Discover now